Nuevos tiempos para Peter Parker. Después de sufrir lo indecible en la etapa previa a las Secret Wars, con Morlun y los Herederos queriendo comérselo y con Doctor Octopus usurpándole la vida (en todos los sentidos), Dan Slott ha querido darle un respiro a nuestro amistoso vecino y ha dado un vuelco a su vida de 180º. Mientras muchos personajes no han visto alterado (al menos en exceso) su statu quo tras las Secret Wars, la suerte Parker parece haber cambiado y mucho.

Aunque difícilmente no vaya a pillar de nuevas su situación actual (a poco que echéis un vistao a las previews u os pueda el ansia informativa ya sabréis cuál es), no vamos a ser nosotros quiénes develen estas sorpresas, pues en ellas radican algunos de los grandes atractivos de esta etapa que comienza. En la próxima reseña ya podremos entrar en detalle, pero de momento preferimos no aguar la fiesta a nadie. Sí es verdad, que Dan Slott está como un niño con juguetes nuevos y de momento está explorando las posibilidades que se le han abierto. En Marvel le tienen en mucha estima y le han dado vía libre para jugar y experimentar con el que, no olvidemos, es uno de los personajes estrella de la compañía.

En cuanto al carácter de esta nueva etapa, sin perder el sentido del humor que le es propio, sigue una línea más o menos continuista con la fase previa a Universo Spiderman, con un tono más lúdico y positivo, en la misma senda de los Vengadores de Mark Waid, para que os hagáis una idea. Un nuevo tiempo invade el cosmos marvelita y eso se nota en el cambio de rumbo de muchas de sus cabeceras y en la cada vez más importancia que van adquiriendo los personajes con contrapartidas fílmicas/televisivas. De ahí que Spidey, al menos en estas primeras entregas, tenga mucha relación con SHIELD y con algunos de sus agentes.

En este sentido, Slott ha afianzado la posición de Spiderman como héroe colaborativo. Atrás parecen quedar ya los tiempos en los que la araña se balanceaba como un vigilante solitario por los rascacielos de Nueva York. En estos momentos, con la presencia femenina manteniendo su posición de relevancia, el guionista añade a nuevos actores, viejos conocidos del protagonista, pero que refuerzan la nueva imagen de nuestro héroe.

Aunque hay costumbres que no se pierden, y entre ellas, la más importante es la referente a la construcción de las tramas, tendentes a alargarse mucho en el tiempo, a modo de novela-río. En esta nueva etapa se nos presenta a una suerte de organización terrorista llamada Zodiaco, lo que nos conduce a un tipo de relato con elementos de thriller de espías, y de un carácter muy urbano también. Las primeras sensaciones son muy positivas, perdonando las obligadas licencias que se permite el escritor y a las que ya estamos acostumbrados. Slott es un tipo eficaz como pocos.