Tini Howard y Marcus To componen con Excalibur uno de esos números que si bien están ambientados en el transcurso de la Gala Fuego Infernal, su lectura no es imprescindible para seguir la misma, sino que acota su vinculación a lo que resulta relevante para sus personajes, retomando el rumbo habitual de la colección en cuanto puede. Así, si no habéis seguido Excalibur hasta el momento e íbais a haceros con este número por su implicación en el evento de Emma Frost, podéis ahorraros los 3.50€ de esta grapa publicada por Panini Cómics. En cambio, si sois fieles creyentes del rincón mágico krakoano, no os podéis perder este número.

«Estoy harto de este sitio»

La excusa de la fiesta sirve para que personajes (y grupos de personajes) enfrentados entre sí tengan la oportunidad de verse las caras y, o bien limar asperezas, o bien afianzar sus posiciones antagónicas. Esto segundo es lo que les sucede a los chicos de Excalibur con el Aquelarre Akkaba, cuyo máximo representante, es uno de los invitados por parte de las autoridades de Reino Unido. El ambiente festivo no puede disfrazar las fricciones entre Betsy Braddock, la defensora de Avalon como Capitana Britania, y el grupo de hechiceros, seguidores de Morgana le Fay y de marcados sentimientos antimutantes.

Como podéis imaginar, la situación tiene que estallar de alguna forma, abriendo el escenario para el siguiente arco argumental. Un arco que, si nos fiamos de las palabras de Julián Clemente en el Spot On correspondiente a este número, tiene visos de ser el último de la colección, al menos con Tini Howard y Marcus To como equipo creativo. Pero antes de que lleguen las caras largas (la de Rictor, como veis en portada, es un poema durante casi todo el episodio), hay tiempo para que nuestros protagonistas fraternicen y disfruten del espectáculo organizado por la Reina Blanca.

Recordemos que la situación dada es fruto de los acontecimientos de X de Espadas, por si quedaba alguna duda de la importancia de aquel evento para la colección que nos compete en estas líneas. Pero la resaca de la Gala Fuego Infernal también promete traer algunos cambios en la propia confección del equipo. Pero claro, teniendo ya la confirmación oficiosa de que el final está cerca, se nos queda cierto regusto agridulce respecto a lo que está por venir y eso a pesar de que algunas de las sorpresas que nos aguarda al final del capítulo son de las que te mantienen pegado al cómic. Nada dura para siempre.