Director de instituto, Vengador, Hombre-X… ¿y aventurero? De la mano de Frank Cho (que actúa como guionista y dibujante) el viejo Logan hace su triunfal entrada en Marvel Now! con Salvaje Lobezno, nueva serie mensual que promete ofrecernos una faceta del hombre de las garras de adamantium que parecía olvidada entre tanta introspección, culpabilidad y sentimiento trágico de la vida.
Amante de las curvas femeninas y los monstruos de origen prehistórico, Frank Cho se olvida de continuidades o grandes sagas y se lleva a Lobezno hasta Tierra Salvaje para, en compañía de una voluptuosa Shanna, intentar dilucidar el misterio que se esconde en la Isla Prohibida, lugar sagrado de este territorio atemporal que está «custodiado» por una imponente montaña cuya cima tiene una apariencia ¿misteriosamente similar? al Cthulhu lovecraftiano. Así, no son más que necesarias las dos primeras hojas del tebeo para hacerse una idea del tono que defiende esta historia. Un relato pulp pasado por el tamiz marvelita cuya mayor pretensión es la de hacernos pasar un divertido rato. Y es que con toda la épica y tremendismo que inunda las grandes cabeceras de la editorial, se agradece este espíritu evocador de las historias protagonizadas por personajes como Conan, Doc Savage, John Carter. Si a esto añadimos el fantástico trazo al que nos tiene acostumbrados el arista norteamericano, ¿qué más podemos pedir?
Concebido como un pulp de aventuras (con elementos de la llamada weird fiction) Salvaje Lobezno se ve favorecido además por la construcción que hace su autor de Shanna la Diablesa. A priori uno pensaría que no será más que una comparsa para exaltar la figura de Logan, pero según van pasando las páginas el carácter proactivo de la heroína se va imponiendo hasta hacerla competir con el propio mutante por el protagonismo de la historia. Está por ver cuanto tiempo será capaz Cho de mantener este equilibrio en favor de Shanna o si pronto la dejará en un segundo plano para favorecer el carácter indómito del multiempleado Lobezno.
Quizás el argumento de la obra resulte un poco anacrónico o simplista, y que eso eche atrás a más de uno, pero eso no quita que esta colección se presente un excelente complemento al abanico de propuestas que nos ofrecen las diversas colecciones de Marvel. Si aplaudimos la perenne autosuficiencia de Spiderman o el ingenio cómico de Jason Aaron en Lobezno y la Patrulla-X precisamente por alejarse de los cánones que marca la casa, ¿por qué no hacer los mismo con Lobezno Salvaje?
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