Las nuevas entregas de la serie Los 4 Fantásticos (publicada por Panini Cómics en España) nos ofrecen una aventura jurásica en dos partes. ¿La escena que representa Alex Ross en la portada de Los 4 Fantásticos #13? Es solo un aperitivo de la propuesta de Ryan North e Iban Coello.

«Venga ya. Es la única vez que ha sido útil, tío«

Con ecos a las incursiones hickmanianas, North plantea un relato en el que dos Tierras alternativas chocan entre sí. La Tierra primordial o 616 y una «Dinotierra», equivalente en todo salvo en un detalle estético: los dinosaurios nunca se extinguieron y son la raza dominante. Así, tenemos versiones saurias de Capitán América, Iron Man, Capitana Marvel… y, por supuesto, de Los 4 Fantásticos.

Salvo por ese detalle, todo funciona más o menos igual en ambos universos, a diferencia de lo que sucedía, por ejemplo, entre Tierra-616 y Tierra-1610 (el universo Ultimate de Miles y el Hacedor). Dinámicas y relaciones entre personajes son equivalentes, lo que se traduce en que Sue y Reed han formado una bonita familia, a que Tony fabricó su armadura original para salvar la vida, o a que Muerte gobierna Latveria y se cree el centro del mundo.

Así, la historia se rige por los cauces habituales: aparición de un fenómeno extraño, malentendido entre héroes, turismo por las tierras desconocidas, descubrimiento del plan del malvado de turno y unión de los héroes para salvar el día. La gracia en este caso, pues, no se encuentra en el qué o en el cómo, sino en el envoltorio de la aventura. Esta ligereza es comprensible dado que en nada el guionista tendrá que afrontar la vuelta del edificio Baxter y los retoños fantásticos y no puede complicarse con sagas o arcos que entorpezcan dicho argumento.

Bien es cierto que venimos de algunas aventuras mucho más inspiradas, pero como divertimento esta no les va a la zaga, sobre todo por lo comentado antes, por el disfrute que supone explorar las semejanzas entre ambos universos y como interactúan nuestros protagonistas con sus contrapartidas reptiles. Sin olvidar, obviamente, el trabajo de Iban Coello para armar toda una alineación de vengadores dinosaurios.