La gran explosión arácnida de los últimos tiempos no habría sido tal sin la saga que se inicia en este tomo y que fue ideada por J.M. Straczynski como carta de presentación. Aunque muchos le recordarán sobre todo por el famoso mefistazo que dio al traste con el matrimonio entre Peter y MJ como si nunca hubiera sucedido, es también uno de los autores que ha llevado al intrépido héroe a algunas de sus cotas más altas, apostando casi siempre por empresas de lo más arriesgadas (y no exentas de polémicas), como la que ahora nos ocupa y puso las primeras piedras de la mitología totémica del personaje.
Morlun, quien hace bien poco fuera rescatado por Dan Slott para detonar el Universo Spiderman, fue presentado en esta saga, Vuelta a casa. Una saga que tenía la dfícil misión de reenganchar al público con un Spidey cuya vida se había vuelto patas arriba en los últimos tiempos. Straczynski se encontró con varias patatas calientes, quizás la más importante fuera la situación sentimental de Peter y Mary Jane, pero el autor, con mimo y tiempo, sabría reconducir la situación (hasta donde le dejaron), y en esta primera aventura va preparando el terreno.
Straczynski es un autor de personajes, sabe construir muy bien a sus protagonistas y al plantel de secundarios, subrayando el lado humano del héroe, sus debilidades, lo que hace que el lector pueda empatizar mucho más fácilmente con ellos. Esto es algo que sigue haciendo a día de hoy en colecciones como Superman: Tierra Uno, y que hacía ya tiempo atrás, como muestra su encarnación de Spiderman.
Para este primer encuentro con Peter Parker, el guionista decidió introducir a un villano de nueva creación, un depredador que le pusiera las cosas muy difíciles al héroe, hasta el punto de que su muerte fuera factible. En este sentido, el grado de amenaza que le confiere a Morlum se asemeja al de los mejores momentos de villanos como Kraven o Veneno. Volvemos a ese concepto del depredador y su presa desde su vertiente más animal y violenta. Este personaje bebe, además, mucho del mito vampírico romántico, especialmente del Drácula que inmortalizara Coppola, acentuando el componente de misterio y terror en su caracterización.
Como primer acto de la etapa que está por llegar, Vuelta a casa cumple con todas las expectativas, y se guarda alguna que otra sorpresa en la manga referida a la vida personal del hombre araña (una de las facetas más beneficiadas con la llegada del guionista); sin olvidar el buen trabajo de John Romita Jr. a los lápices, un dibujante que siempre le ha sentado de maravilla al trepamuros.
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