«Creo que tus ‘hermanos’ sólo quieren echarse una siesta«

Hay un momento, una micra de segundo, cuando uno pincha un globo en el que no parece que nada vaya a salir mal. La aguja se hunde en el globo como lo hacen nuestros dedos al tratar de agarrarlo y nada parece hacer presagiar el desastre. Pero éste acontece. Una micra de segundo después la aguja perfora la tersa superficie de la esfera y el aire contenido empuja para escapar por la pequeña abertura con la fuerza suficiente como para rasgar el material plástico con el que se fabricó el globo con tal velocidad que lo percibimos como una verdadera explosión.

En este tomo de El Asombroso Spiderman, Dan Slott y Christos Gage decidieron pinchar el globo de la serie que tantas alegrías les (y nos) había proporcionado. Y, del mismo modo en que os explicaba antes, por un breve instante dio la impresión de que un pequeño bache no anularía el buen trabajo realizado por la pareja durante Spiderman Superior y Universo Spiderman. Pero enseguida llegaron las Secret Wars, la serie entró en un hiato y cuando volvió, aunque seguía contando historias que podían interesar más o menos a los lectores, ya no volvió a gozar de la relevancia que tuvo en aquellos mejores momentos que ya hemos revisado en la estupenda Marvel Saga de Panini.

«Eso era el grito de alguien que mira a la muerte… ¡a la cara!«

Turno de Noche es una breve aventura a medio camino entre sagas. Peter Parker ya había recuperado su cuerpo y la amenaza multiversal de Morlun y sus hermanos había sido neutralizada. Quedaba solamente el Spiderman de siempre, con sus secundarios de siempre en el escenario de siempre. Pero había que decidir si el renacido Parker estaba dispuesto a heredar la empresa que fundó con su cuerpo Otto Octavius para llevarla más allá y, por una vez, aprovechar la oportunidad que le brindaba el universo, o si nuestro amistoso vecino volvería a ser el de siempre, demostrando no haber aprendido nada de las pocas buenas decisiones que sí tomó su alter ego Superior. La respuesta la podemos leer en un primer capítulo (que responde al primer Annual de esta etapa) en el que Sean Ryan (Nova, Nuevo Escuadrón Suicida) y Brandon Peterson (Inhumanos, Titanes) se llevan a Spidey por todo Manhattan con tal de buscar al dueño de un móvil extraviado… y dejando de lado otras responsabilidades igualmente (si no más) importantes para la vida del bueno de Peter.

El Asombroso Spiderman: Turno de Noche

El resto del cómic sigue en esa línea. Hay algo de espionaje corporativo y algo de historias de los bajos fondos (quizás de lo más interesante del tomo), pero hay muy poca historia de interés y la lectura se torna ligera en el mejor de los casos e insípida en el peor. A Slott y Gage se les echaron encima las Secret Wars de Jonathan Hickman y no supieron cómo cerrar una etapa y un universo de una manera que resultara interesante y atractiva. Casi da la impresión de que el gran crossover marvelita les hizo un favor, porque se ahorraron escribir una despedida que no sabían cómo hilar. Luego volverían después del choque de realidades (y durante el mismo con una de las muchas series locas que éste propició), pero para entonces el globo ya estaba pinchado, el aire pugnaba por salir y lo que parecía un pequeño orificio se fue agrandando.