Una cosa hay que reconocerle a Zeb Wells, y es que sabe como dar la vuelta a las situaciones y rizar el rizo dándole nuevo sentido a sus (falsas) pistas. Después de lo que hemos visto en El Asombroso Spiderman #34, ya nos creemos que puede pasar cualquier cosa.

 

«La verdad, muchacho, es que… ¡ese es mi plan!«

 

La colección publicada por Panini Cómics entra de lleno en el clímax de la actual etapa (de nuevo, hasta que el guionista vuelva a volar nuestras expectativas). ¿Recordáis que iba dando pasitos para reunir de nuevo a los Seis Siniestros comandados por Otto Octavius? Pues, como bien ilustra la portada del presente tomo, aquí están… pero su objetivo no es Spiderman, sino el Duende. La ironía del asunto es que la cara oculta de Norman Osborn ha adquirido una nueva dimensión que supera a los improvisados ¿héroes? Bueno, tampoco exageremos.

 

 

El caso es que nos encontramos con los Seis Siniestros y Cerebro Viviente, con Norman, con Peter, con Kamala y con Ben Reilly (por citar solo a los personajes con «poderes»). Una reunión digna del mejor panel de la Comic-Con de San Diego en la que, las cosas como son, hay demasiado secundario. Al final, Octopus y los suyos son meras comparsas para echar más combustible al duelo entre Spiderman y el Duende.

 

De una manera un tanto retorcida Wells está recogiendo muchos de los asuntos que ha ido tratando en esta fase de su etapa para darle un mayor empaque a la saga actual. De ahí que haya referencias (ya sea en personajes como el objetos o conceptos) a Red Oscura, a la aventura de la lanza atrapa-pecados o a la condición de becaria de Kamala. Y sí, el guionista consigue dar esa sensación de unidad al conjunto, pero es evidente que son meros artificios y que la aventura funcionaría exactamente igual sin tanto adorno.

 

Eso sí, pase lo que pase, Wells y McGuinness (en serio, qué bien se lo debe estar pasando en esta saga), con la colaboración de Todd Nauck, otro dibujante clásico que merecía más reconocimiento entre el gran público, han conseguido que estemos de uñas con una aventura que, presumiblemente, llegará a su desenlace en el siguiente tomo.