Ya tenemos en nuestras manos el Marvel Deluxe de Panini Cómics dedicado a la miniserie que propiciara la vuelta de Los 4 Fantásticos tras su obligado exilio consecuencia de las Secret Wars de Jonathan Hickman. Una miniserie protagonizada por Ben Grimm y Johnny Storm (y Doctor Muerte) con la que su guionista, Chip Zdarsky, demostró estar sobradamente preparado para dirigir las aventuras de la primera familia. Y ojalá más pronto que tarde.
«Los discursos eran cosa del estirado -Reed-, no lo mío… pero lo intentaré«
El merecido descanso de los imaginautas tras la destrucción y renacimiento del Universo Marvel empezaba a hacerse largo. Demasiado largo. Pero claro, ¿cómo recuperar a unos personajes perdidos por el multiverso sin que resultase forzado o arbitrario? La Tierra había seguido girando sin ellos y verlos reaparecer sin más habría generado una ingente cantidad de quebraderos de cabeza.
La solución -la más lógica y sencilla de poner en práctica- fue la de coger a los dos miembros del equipo que aún seguían con nosotros (La Cosa y La Antorcha Humana) y emprender con ellos la búsqueda del resto de la familia a lo largo y ancho del multiverso. De tal manera que, aún sin estar el grupo al completo, ya teníamos una premisa y un argumento que les encajaba como u guante y que permitía a Chip Zdarsky y a los diferentes dibujantes que le acompañarían la oportunidad de conocer y visitar un montón de Tierras alternativas con sus respectivos héroes y villanos.
Aún con alguna que otra sombra (a pesar de su importancia como detonante del conflicto, la doctora Rachna fue desdibujándose a un ritmo alarmante hasta el punto de que ya hoy nadie se acuerda de ella), Marvel 2 en Uno sabe reivindicarse como una muy estimable aventura de Los 4F, aún cuando el equipo está incompleto. Zdarsky se apoya en los dos aspectos clave de la franquicia: la familia y el asombro.
Ben y Johnny deben lidiar con la pena de haber perdido a sus seres queridos, pero al mismo tiempo buscan -y encuentran- cuáles son los lazos que les unen y les hacen seguir adelante un día sí y otro también. Si a esto añadimos una chispa de esperanza, su genuino espíritu heroico y a un Muerte muy Muerte aunque se vista de vengador, la parte emocional y de desarrollo de personajes está asegurada (tened un pañuelo a mano porque lo acabaréis necesitando).
Por otro lado tenemos un puñado de realidades alternativas cada cual más sorprendente que dan pie tanto a aventuras de escala cósmica como a otras más terrenales que tienen lugar en «la hora de las tortas». El esfuerzo de Zdarsky por llenar el vacío de Sue, Reed y los niños y ofrecer un relato a la altura de las expectativas que se le presuponen a Los 4 Fantásticos es más que satisfactorio. El guionista, además, se preocupa en mirar al futuro, pero sin olvidar de dónde viene. Y es que no faltan siquiera guiños a etapas tan significativas como la del citado Hickman o a personajes -como Spiderman- que son parte de la familia.
Ojalá, más pronto que tarde, Chip Zdarsky guie a los imaginautas en su viaje hacia lo imposible.
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