«Si somos de este mundo, dejaremos nuestra marca en él«

Bueno, bueno, bueno… Bestial número especial de la Patrulla-X que sirve a la vez como epílogo de la etapa de Jonathan Hickman al frente de la colección (ahora se lanza a Inferno y después… ya veremos, pero todo apunta a que dejará volar libres a las colecciones mutantes a las que lleva dirigiendo desde 2019) y como punto de partida para la nueva Patrulla-X que comenzará a traer Panini a nuestro país a partir de este mismo mes de noviembre. Al margen de la oscuridad que nos pueda deparar el futuro (Inferno no es precisamente un título halagüeño para el próximo gran evento mutante), lo que hoy leemos en esta grapa cambia de manera radical la manera de funcionar de la Casa de las Ideas con respecto a sus vertientes galáctica (esto ya lo llevamos viendo desde Imperio) y, ya más cerca de casa, en nuestro propio Sistema Solar.

Hickman, (aunque es Gerry Duggan el que escribe este número), vuelve una vez más a Marte. Ya nos llevó de paseo por el planeta rojo cuando se hizo cargo de los Vengadores en ese largo viaje que culminó con las Secret Wars. Allí plantó a Ex Nihilo y allí nacería su Jardín. Sin embargo, pocos o ningún autor han regresado a este escenario o lo han utilizado de una manera relevante en sus colecciones. Ahora se sube la apuesta varios enteros. Ya no hablamos de un jardín como algo excepcional en el, por otra parte, deshabitado planeta. Hablamos de un nuevo planeta, con mayor masa y unas condiciones muy similares a la Tierra. Con océanos, montañas, volcanes y, sobre todo, vida, que cambian por completo la escena del Sistema Solar como un conjunto de planetas muertos entre los que la Tierra destaca por su excepcionalidad.

«Es un lugar sagrado para recordar a aquellos que no llegaron a esta tierra prometida«

Esto, de nuevo, será tan importante como los autores que sigan a Hickman quieran que sea. Desde la oficina mutante se ha dado un golpe sobre la mesa y se ha planteado un concepto rompedor, pero todo quedará en agua de borrajas si no hay una verdadera voluntad de autores y, sobre todo, de editores por que este cambio suponga algo más que una adición conceptual a la vasta y rica enciclopedia marvelita. Por el momento, sirve para despejar algunas dudas potentes que venían pululando entre los lectores, siendo la principal de ellas el saber qué iba a pasar con los habitantes de Arakko, una rama escindida de los mutantes no precisamente conocidos por su amor a la paz y el diálogo. Su traslado a Marte (o a Arakko, como parece que se llamará el nuevo planeta) resuelve la incómoda convivencia con sus primos de Krakoa y le da a la Tierra una nueva barrera de protección ante futuras invasiones alienígenas. La cantidad de historias que pueden salir de aquí es inimaginable.

Patrulla-X: Escala Planetaria

Puedo parecer muy emocionado, pero lo cierto es que siempre me han gustado las decisiones valientes, que rompen con el statu quo de un universo editorial. Y cuantos más cómics leo, más ganas tengo de esta clase de apuestas, sobre todo cuando están hechas con cabeza, con vocación de perdurar de un modo u otro. El nacimiento de Krakoa como nación y la posición preeminente de los mutantes en la Tierra desde entonces se podía intuir como un momento puntual en el tiempo destinado a desaparecer (o al menos a atenuarse) conforme fuese pasando el tiempo desde que comenzasen Dinastía de X y Potencias de X. Este planteamiento a escala planetaria supone (si se utiliza bien) un cambio permanente dentro de los cómics de la Casa de las Ideas. Como bien dice Emma Frost en Patrulla-X #22, ‘éste es uno de esos momentos de «¿Dónde estabas cuando…?»‘. Y me alegro de no habérmelo perdido.