Rey de Negro

Rey de Negro #3: Toretto simbionte

Rey de Negro«Hum… ¿chicos? ¿Me he saltado una reunión o algo?«. Spiderman expresa por nosotros lo que sentimos al leer las primeras páginas de este tercer y último número de Rey de Negro que Panini Cómics recoge en una edición en grapa. Algo se nos ha escapado (¿quizás en algún tie-in perdido o en la colección de Veneno?) y hasta que no leemos esa frase en la página 10, no terminamos de situarnos y volver a conectar con la frenética propuesta de Donny Cates y Ryan Stegman que les sirve para despedirse del simbionte y Eddie Brock.

 

«Cree que me ha vencido. Arrogante«

 

La guerra se encamina hacia su inevitable final y las fuerzas terrícolas con el hijo de Brock, Dylan, Estela Plateada y un par de ases que tienen guardados en la manga, hacen morder el polvo a Knull. Desde el principio sabíamos cómo iba a acabar esta historia, la incógnita estaba en el cómo. Stegman y Cates han abordado una aventura desenfrenada, en la que aunque el peso ha recaído en Veneno (tanto, que se hace recomendable -que no indispensable- la lectura de Veneno #30 al llegar al ecuador de esta tercera entrega), los principales símbolos de la editorial han tenido su minuto de gloria: ya fuera domando a un terrorífico dragón, liderando su propio ejército o pisando el suelo con la voracidad de un rayo.

 

¿Se puede rizar más el rizo? Por supuestísimo que sí. Cates y Stegman están desatados en el desenlace de la guerra contra Knull y si había elementos que se pudieran desacralizar, lo hacen sin pestañear. Alguno de hecho ha sido manoseado tanto en los últimos tiempos que hasta ha dejado de hacer gracia. Pero desde el principio sabíamos que Rey de Negro era un juguete para el disfrute de sus autores; así que ante determinadas cosas que podáis ver o leer, no arqueéis las cejas, poneos cómodos y dejaos llevar por un relato tan exagerado y desinhibido que parece abrazar el concepto de blockbuster imposible que Dominic Toretto y los suyos han perfecccionado hasta convertir en un arte.

 

Rey de Negro

 

Rey de Negro es eso, un divertimento sin prejuicios. Obviamente no llega a las cotas de relatos imprescindibles como Dinastía de M o Civil War (dos de los eventos que han marcado el devenir de Marvel Comics de los últimos 15 años), pero con el tiempo será recordado como un hito en la franquicia simbionte y arácnida, y si el tiempo y los autores respetan su legado, ¿quién sabe? Igual alcanza un pequeño estatus de culto entre el fandom. Solo el tiempo dirá donde debemos situar a Rey de Negro. Por el momento, para abordar los flecos pendientes del evento y darlo por cerrado, conviene hacer una última lectura: Veneno #31, este sí, último capítulo de Donny Cates dirigiendo el destino de Eddie Brock.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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