«Estoy seguro de que ella sí te cambiará«

Hablaba ayer en casa sobre este manga de Yoshifumi Tozuka que publica Panini en nuestro país y llegaba a la conclusión de que es una suerte de anti-shonen. Tiene peleas llamativas, tiene power-ups, nos habla de un viaje, sus personajes crecen y evolucionan… sí, pero las peleas en Undead Unluck pueden ser tanto de uno de sus personajes arrancándose partes del cuerpo para lanzárselas a sus enemigos como una simple y llana batalla dialéctica con la intención de aprender querer al enemigo de fondo. Ojo a lo que acabo de decir: aprender a querer al enemigo. No me imagino a Vegeta tratando de comprender las motivaciones de Freezer, ni a Naruto intentando llegar a un entendimiento con Orochimaru que los lleve a ambos a un nuevo nivel en su relación. Ni de coña. El shonen casi nunca es así, y las pocas veces que nos encontramos con alguna rara avis como ésta, suele acontecer que el manga termina perdiendo popularidad entre los lectores, ávidos de ver la batalla a muerte definitiva de sus héroes de esta semana.

Sin embargo, Shueisha no está donde está por apostar a lo de siempre una y otra vez. A ver, no nos engañemos, en la Jump siempre habrá un One Piece, Haikyu!!, My Hero Academia… pero también se reserva un hueco para apuestas que van más allá de lo habitual. Así han llegado a nuestras manos cosas como Death Note, Chainsaw Man o las locuras que se le han ido ocurriendo a Yusei Matsui (Assassination Classroom, Héroe Fugitivo). En ocasiones auténticos bombazos con la capacidad de generar legiones de seguidores y en otras, simplemente, obras distintas con un público muy fiel y que envejecen y se ofrecen a la relectura bastante mejor que los shonen clásicos (estoy gozando este manga tanto en su periodicidad original como con los tomos de Panini de igual manera). Apostar por estas obras no es sólo parte del carácter de la editorial, sino que es, en el fondo, la mejor manera de sobrevivir muchos años en un mundo tan cambiante como el de la cultura. Lo mismo va por las editoriales que nos traen todas estas cositas a España.

«La primavera me lo enseñó y ya nunca lo olvidaré«

El décimo tomo de Undead Unluck pone definitivamente el foco sobre Fûko. Más allá de las batallas entre el resto de personajes de Union y Under, que rápidamente pasan a un tercer plano, nos encontramos con que Andy se lleva a Billy de paseo para darle tiempo a nuestra protagonista para que le plante cara a Spring. El paseo / batalla no es simplemente fuegos de artificio (aunque de eso hay también… y gente despellejada… y clones de sangre coagulada…), sino que nos muestra hasta qué punto Andy ha evolucionado y lo convencido que está de la capacidad de su amada (porque ahora ya sabemos fehacientemente que la ama) para tocar el alma de las personas que se relacionan con ella. Todo a través de un poder que puede ser el mayor de todos los de los negacionistas… pero que tiene un precio muy elevado.

Undead Unluck #10

Y es que ya lo sabíamos, pero merece la pena recordar que la mala suerte de Fûko funciona mejor cuanto más aprecia al recipiente la misma. Esto le costó una vida trágica en el pasado a nuestra protagonista, pero a lo largo de este manga lo ha ido convirtiendo en un arma infalible no sólo para derrotar a sus enemigos, sino para cambiar las tornas y hacer que quienes buscaban su tormento se conviertan en los mejores aliados. La batalla contra Spring, por tanto, consiste en conocer mejor al monstruo para lograr conectar con él y sentir sus sentimientos. Es una pelea en la que la mejor arma es la empatía. Algo inédito en el shonen. Una auténtica maravilla para los lectores que buscan algo diferente y de calidad.