Superman: Desencadenado

Superman. Desencadenado: Make Superman Great Again

Superman: DesencadenadoEsta reseña puede contener spoilers.

 

ECC Ediciones suma uno de los blockbusters más «cinematográficos» que ha disfrutado el hombre de acero en los últimos años. Obra de dos veteranos en esto de montar cómics espectaculares, Scott Snyder y Jim Lee, Superman: Desencadenado es una miniserie de recomendada lectura para todo fan de Superman que se precie.

 

«Je. Tenía que elegir este momento para caerme bien»

 

Jim Lee y Scott Snyder son ambiciosos a la hora de plantear su relato. Un enemigo con reminiscencias a Juicio Final (la fatal némesis del kriptoniano), una historia oculta de EEUU y del mundo, un Lex Luthor desatadísimo, apariciones de Batman y Wonder Woman… El «desencadenado» del título se aplica no a Superman, sino al cómic en sí. Una propuesta tan grande que por momentos resulta difícil de contener.

 

En estas páginas Snyder no puede presumir precisamente de una literatura sutil y ducha en el arte de la metáfora. Aunque él mismo es consciente de ello y presenta a un personaje que verbaliza esa incapacidad. Porque si bien es cierto que Espíritu, el titán que rivaliza con el hombre de acero, guarda algunas semejanzas con Juicio Final, no es menos cierto que su vinculación con el propio Kal-El clásico es mucho más evidente. ¡Ah! Esa es la cuestión clave.

 

Superman: Desencadenado

 

Superman: Desencadenado nació para celebrar el 75 aniversario del personaje. Lo hizo, además, en el contexto de Los Nuevos 52. El Clark que nos encontramos aquí es ese, el del -a la postre- fallido reinicio deceíta. Este Superman -más joven e inexperto, falible e idealista- se ve las caras con una versión más fuerte, madura y experimentada de sí mismo. Orígenes y poderes similares. Tanto su nombre como el de su planeta están en una pertinente nebulosa que da fuerza a la analogía. Lo que diferencia a Superman de su predecesor son sus lealtades. Mientras el primero se debe a la gente –aún colea su presentación con camiseta y vaqueros-, el segundo es leal al país que lo vio «nacer» y del discurso Make America Great Again. En cierto sentido Snyder y Lee buscaban constatar la ruptura con el pasado de este Superman -finalmente incomprendido- enfrentándolo no solo a una amenaza (el grupo terrorista Ascensión) con objetivos de carácter global (¿qué hay más global que destruir el mundo?), sino a una generación incapaz de ver conceptos como la paz o el progreso si no son en términos de beligerancia y sumisión del enemigo.

 

Siendo un relato que se las vio y deseo para publicarse (iba a ser una serie regular y acabó constreñida a una serie limitada), puesta en cuarentena por su contexto (vinculada a los denostados nu52) y normalmente recomendada solo por la espectacularidad de su dibujo (algo que no podéis apreciar en esta edición cuasi de bolsillo), Superman: Desencadenado define como ninguno no ya quién es Superman, sino cuál es su aspiración en un mundo (y mercado) globalizado y cómo debemos leer lo que representa, el símbolo. Snyder, en boca de Luthor, lo expresa de esta forma: «No deberíamos haber pedido consejo a las estrellas. Si hay una respuesta, está en la Tierra, con nosotros. Durante años, creí que Superman pretendía ser la respuesta a aquella ecuación infernal, y lo odié por eso. Pero ahora veo que sus actos dicen que no hay respuesta. Aprended solos a ser mejores, tal como intenta hacer él«.

 

Al final parece que Scott Snyder sí que sabe trabajar las metáforas.

 

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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