Cuando todos pensábamos que no íbamos a volver a ver a Indiana Jones en pantalla grande, Disney decidió que era bueno darle al personaje una despedida algo mejor que aquella El reino de la calavera de cristal. Así, quince años después, el bueno de Indy vuelve a coger su látigo, su sombrero y su mochila para darnos una despedida digna, una despedida que huele a aventura clásica y que recoge lo mejor que nos ha dado Indiana Jones a lo largo de la historia del cine. Así, Indiana Jones y el dial del destino es un homenaje constante a las aventuras del arqueólogo a la vez que intenta ceder el testigo ante una despedida más que merecida. Quizás una de las pegas que se le podría poner es que no innova demasiado en nada y que su duración se antoja excesiva para contar esta historia. Eso sí, James Mangold vuelve a demostrar que ante una cinta de esta envergadura consigue mantener un ritmo sin parar y sin llegar a aburrir.
Indiana Jones y el dial del destino tiene una de las mejores escenas iniciales del cine de aventuras de los últimos años. Es una introducción que nos mete de lleno en lo que estamos a punto de presenciar más adelante. Si bien es una introducción donde los efectos digitales cantan un poco, debido a la utilización de ese recurso que Disney ha introducido en casi todas sus cintas de rejuvenecer con ordenador, tenemos una secuencia de secuestro, persecución y acción sin parangón. Después de eso, la cinta coge ritmo de crucero, presenta a los personajes y directos al meollo de la cuestión. James Mangold, y la cantidad de guionistas que tiene la cinta, saben de sobra que el público ya conoce a Indiana Jones, por lo que presentarle de nuevo sería un poco estúpido. Por eso, a la hora de presentar a los nuevos personajes, lo hace de una manera rápida, directa y que sea consecuencia de la acción más propiamente dicha que por que aparezca y nos digan quien es. Así conocemos al personaje de Phoebe Waller-Bridge, que está pletórica y consigue llevarse la película a su terreno, con permiso de Harrison Ford. Su personaje respira frescura, es divertida y le da un toque distinto a todo lo visto anteriormente en la saga. Es, junto a la aparición de Antonio Banderas, de lo mejor de una cinta que de por si ya es buena.
La historia también es interesante: encontrar un instrumento que utilizo Arquímedes para intentar viajar en el tiempo. Así recorreremos grandes lugares del planeta intentando localizar todo esto. Además, tiene chistes contra Nazis, todo es bueno. Pero Indiana Jones y el dial del destino tiene algunas cosas que pueden hacer que más de uno tuerza el bigote. Su duración es quizás una de ellas, pues dos horas y media de metraje se antoja muy innecesario para contar la historia que te quiere contar. A eso hay que añadir que el clímax queda algo raro respecto a todo lo que nos han contado durante la cinta, que no es malo, pero sí que hace que miremos con cara rara a la pantalla. Además, se nota un poco que la cinta ha sufrido algún remontaje o algún reshoot porque hay momentos que cantan un poco como para darle un clímax necesario sin dejar mucho a la imaginación.
Pero son algunos peros que poner a una cinta que hará las delicias de los fans de Indiana Jones y que querían de vuelta al personaje después de la cuarta entrega de la saga. Indiana Jones y el dial del destino es un sí en toda regla. Es volver a los origines de la saga y volver a disfrutar de las aventuras más idóneas para una época como el verano. Disfrútenla, porque merece la pena.
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