Lo estoy flipando. Ni tan siquiera había planeado escribir más hoy (estoy escribiendo esto tras cerrar otra reseña a altas horas de la noche), pero he comenzado a leer el especial que ha publicado ECC… y no he podido parar hasta terminarlo y, después, escribir en algún sitio la manera en que Geoff Johns me ha dejado con el culo tan torcido que ahora parece una ficha del Tetris.
Ya había leído el primer capítulo de este cómic. ECC tuvo la gentileza de regalarlo a los que más prisa nos diéramos en el Día del Cómic Gratis en España el pasado mes de mayo. También me esperaba de una manera u otra la forma en que se va desarrollando la historia, con un Kid Flash cada vez más ‘disperso’ tratando de encontrar un anclaje en este nuevo Universo DC que ya no le recuerda a base de contactar con todos aquellos que alguna vez compartieron un vínculo con él. Lo que me ha pillado completamente por sorpresa (ventajas de mi vida ermitaña con respecto a la red de redes) ha sido el desenlace de esta primera aventura. Johns cierra el volumen que da paso a esta nueva etapa con un órdago de tal calibre que no hay monóculos suficientes en mi mansión para dejarlos caer en el té de las cinco.
«Aunque todo termine para mí, demostrarán que te equivocas«
El genial guionista responsable de, entre otras historias, la que significó el regreso de Hal Jordan como el Green Lantern original, ha cruzado una frontera que jamás pensé que se atrevería a cruzar nadie en DC. Más allá de jugar con habilidad con todas las sagas que han ido sucediéndose desde finales de 2011 en la editorial y con personajes cuya importancia nos parecía evidente pese a no saber muy bien por qué, el autor ha encendido una mecha que lleva a un bombazo cuyo primer impacto comenzamos a saborear en las últimas páginas de este tomo. No, no voy a desvelaros cuál es y os recomiendo (si queréis gozar el cómic de la misma manera en que lo he gozado yo) que no busquéis nada por internet. Johns ha lanzado los dados sobre la mesa y ha puesto en el centro de la misma hasta la última de sus fichas del casino. No sé si esto acabará bien o acabará mal, pero solamente esa valentía ya merece una ovación y que nos lancemos como locos a cualquier cosa que se vaya a publicar a partir de ahora (algo así ha debido pasar en Estados Unidos, donde, en su primer mes, Renacimiento ha desbancado por completo a Marvel de la lista de los más vendidos).
El Renacimiento de DC va a suponer dos cosas: Una recuperación de todo lo que sí que molaba de DC antes de Flashpoint y la vuelta de una serie de supergrupos y personajes que ahonden en el concepto de la herencia, de la siguiente generación de superhéroes. Un poco como está haciendo la Casa de las Ideas, pero de una manera algo más institucionalizada y sin necesidad de grandes traumas ni eventos cósmicos de por medio.
Dicho de otro modo. Geoff Johns ha preparado una entrada con fuego, tiburones y saltos acrobáticos en moto a una nueva DC en la que nos sintamos como en casa desde el primer día y que recupere muchas de las cosas que nos hacían felices del simple y profundo gesto de acercarnos al maravilloso mundo del cómic.
Deja un comentario: