El Reloj del Juicio Final #8

El Reloj del Juicio Final #6-8: Efecto dominó

El Reloj del Juicio Final #6«¡Seas quien seas, ponte algo de ropa encima, por el amor de Dios!«

 

El Reloj del Juicio Final va a ser una de esas series de ECC que se disfrutan mejor cuando regresan en formato de tomo. O cuando, sencillamente, nos las releemos una vez se han publicado en su totalidad. Geoff Johns ha creado una trama tan densa y un universo tan rico que cada vez que leemos un nuevo volumen, sentimos que nos estamos dejando cosas de las entregas anteriores olvidadas. Porque hay cosas desarrollándose en primer plano, en segundo y en tercero también. Tenemos, de El Reloj del Juicio Final #5, a Batman en manos del Joker, Marioneta y Mimo, a los principales héroes de la Tierra como sospechosos de ser parte del ejército secreto de cada país y resultado de una serie de experimentos sobre personas emocionalmente inestables, a Rorschach y a Saturn Girl con las manos en una linterna de un color y una forma de sobra conocidos…

 

Y tenemos, por fin, al Doctor Manhattan. El personaje de Alan Moore ha estado apareciendo en los márgenes de cada una de las historias que hemos leído desde que aconteció el Renacimiento deceíta y ahora, por fin, Johns lo pone sobre el tablero (y además literalmente) para que las cosas comiencen a precipitarse y comencemos a obtener todas las respuestas que nos habían sido negadas desde que Batman descubriera la dichosa chapa en su Batcueva.

 

«Sólo quiero hablar con él. Quiero entender lo que ha ocurrido«

 

Por el camino nos encontramos con una historia que busca humanizar a los sucedáneos del Joker que han venido a nuestra realidad acompañando a Ozymandias. Nos encontramos con dos críos que crecen solos y a la sombra del crimen y la corrupción. Se trata de dos villanos, sí, pero también de dos supervivientes a los que ha tallado y dado forma la adversidad. se diferencian del Príncipe Payaso del Crimen en que su locura y su violencia sí que son consecuencia de algo y no el preludio de algo aún más horroroso. De hecho, Johns nos recuerda en estos números que el único objetivo de esta pareja es el de recuperar al hijo de ambos, único motivo por el que deciden seguir a Adrian Veidt y razón por la cual se vuelven a abandonar a la violencia gratuita.

 

El Reloj del Juicio Final #8

El Reloj del Juicio Final #8

 

También somos testigos de una triste y siniestra historia protagonizada por Firestorm. El cómic en el que está contenida, El Reloj del Juicio Final #8, me ha resultado especialmente tenso, porque a cada dos viñetas me estaba esperando que algo verdaderamente terrible ocurriera (un suceso que sirviera como detonante para la acción final). Johns, apoyándose en el dibujo de Gary Frank, plantea un buen número de situaciones límite de entre las cuales elige una para que las piezas del enorme dominó en que se ha convertido esta serie comiencen a caer de cara a los cuatro números que quedan por ser publicados.

 

Por último, y aunque muchos ya habréis caído en la tentación de buscar en los originales estadounidenses la respuesta, me gustaría lanzar una hipótesis. Más por gusto que por creencia de que así sea como se hayan desarrollado las cosas. El tema es que el universo que nos plantean Johns y Frank es tan diferente al que estamos acostumbrados a ver y tan parecido al de la serie Watchmen original, que se me ocurre que esos diez años que ‘desaparecieron’ de la historia de los superhéroes tras los acontecimientos de Flashpoint fueron en realidad sustraídos por el Dr. Manhattan en un intento por forjar una nueva realidad con los jirones sueltos de una que se estaba reparando. Esta nueva realidad ‘desgajada’ habría ido tomando forma a manos del casi omnipotente personaje azul y se habría acabado pareciendo al universo del cual el antiguo héroe americano procedía.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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