«Lo siento… El reloj va con retraso«
Han temido que pasar casi tres años para este día. En un momento de la Historia en el que los planes editoriales se hacen casi de seis en seis meses, tiene bastante mérito que DC haya sido capaz de mantener los conceptos que dieron forma a la etapa del Renacimiento en un discreto segundo plano hasta que llegara el momento de sacarlos a la luz. Y ese momento llega cuando la práctica totalidad de las series deceítas han pasado por su particular renacimiento y tenemos en las estanterías de nuestras librerías especializadas a un conjunto de héroes renovados que miran al futuro, pero abrazando un pasado que les ha sido (al menos parcialmente) devuelto. El regreso de Wally West fue el pistoletazo de salida a toda la serie de acontecimientos que han supuesto el lavado de cara de la editorial y resulta llamativo que sea ahora, en el momento en el que el personaje nos deja (quizás deberíais leeros Héroes en Crisis, que también la publica ECC), cuando comienzan a despejarse las incógnitas que Geoff Johns plantara allá por 2016.
Como no podía ser de otra forma, ha tenido que ser el propio Johns el que regrese para este nuevo relato que nos va a llevar todo un año disfrutar. A través de las doce entregas en las que se distribuirá El Reloj del Juicio Final asistiremos a una continuación directa de lo que Alan Moore nos contó entre 1986 y 1987 (también en doce números), pero de manera que las historias de los personajes del genio de los cómics de los ochenta y los de la editorial a la que pertenecen comenzarán por fin a entrelazarse. Justo en el año en el que HBO vuelve a la carga con una nueva versión de imagen real de la historia y casi ocho años después del agridulce experimento que supuso Antes de Watchmen (Before Watchmen).
«La cuenta atrás ha comenzado Sr. Presidente«
Esta nueva historia parte de una reflexión por parte de Johns. ¿Bastó el elaborado plan de Ozymandias para salvar a la humanidad de sí misma? La amenaza que unió a las naciones frente a un enemigo común, ¿fue suficiente para hacerles olvidar siglos de viejas rencillas? O, más bien, una vez superado el trauma, ¿volverían los antiguos contendientes a calentar los motores para una tercera y definitiva Guerra Mundial? Y, si así fuera, ¿qué harían aquellos que sobrevivieron a los sucesos que leímos hace ya treinta y tantos años? La premisa para el autor es simple y la búsqueda de una solución, y puede que del perdón, es interesante. No es que Johns no se complique. Es que trata de hacer que la historia que viene a explicar todo lo que está enterrado bajo la tenue capa de continuidad editorial que llevamos transitando los últimos años sea lo más orgánica y natural posible.
El resultado, del que hoy disfrutamos de las dos primeras entregas, no podía ser más sorprendente. El guionista logra replicar casi a la perfección el tono y el talante de la obra original de referencia (algo que no todos los autores implicados en el experimento de 2012 lograron) y lo va mezclando poco a poco con la realidad actual del Universo DC. Con lo poco que hemos leído hasta ahora no podemos aventurar mucho más, pero sí que podemos afirmar sin ruborizarnos que nos quedamos con muchas ganas de seguir leyendo esta historia. Es muy curioso lo que Geoff Johns nos está proponiendo. Un regreso a una historia y una estructura del pasado que nos permita entender el presente y dirigir nuestra mirada hacia el futuro. Un Renacimiento en toda regla, vamos.
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