El Invencible Iron Man #1 (#146)

El Invencible Iron Man #1-2 (#146-147): Diseñando una nueva caída

El Invencible Iron Man #1 (#146)«No debo nada al mundo«

 

Para bien o para mal se acabó la etapa de Christopher Cantwell al frente de Iron Man. Su paso, que se predecía raudo e intrascendente, nos ha dejado con un par de temporadas bastante sólidas y con un Tony Stark en proceso de reconstrucción a través de lo que mejor se le da, aún más que lo de inventar cosas: caerse y quedarse sin amigos ni aliados. Cantwell jugó una carta salvaje al final de su participación en la cabecera con la pérdida (o más bien inversión a fondo perdido) de toda la fortuna de Tony en su esfuerzo por retirar del mercado negro cualquier clase de arma con el potencial de desatar guerras e, incluso, el Armagedón si la cosa se torcía. Ahora recoge el testigo Gerry Duggan (uno de los guionistas que mejor le está viniendo a la Casa de las Ideas para ir tapando huecos aquí y allá con series que, sin ser geniales, aguantan muy bien el tipo) y lo primero que hace el señor que se está ocupando en la actualidad de la Patrulla-X es… Mantener todo lo que se nos ha venido contando en esta serie desde tiempos de Dan Slott e incluso anteriores.

 

Es todo un alivio encontrarnos con un guionista que, al contrario de lo que se viene haciendo en Marvel en los últimos tiempos, decide jugar con las cartas que se le han dejado para ver hacia dónde llevaría él la historia. Nos habla esta decisión de un señor que se ha estudiado a fondo todo lo que se ha venido publicando en años recientes en esta cabecera y de una editorial que le debe haber prometido una estancia más o menos larga al frente de las aventuras de este personaje, para que no sólo veamos la continuación de lo que otros han escrito, sino que Duggan también tenga tiempo y espacio para desarrollar sus propias ideas para el personaje (sólo diré que desde Estados Unidos se comienzan a oír ya ¡campanas de boda!). Quizás esta clase de ideas no sean las que mejor funcionen para meter de cabeza en esta grapa a nuevos lectores (aunque tengo mis dudas al respecto), pero sí que sirven para mantenernos a los demás pegados al sillón leyendo con avidez lo próximo que esté por ocurrir.

 

«¿¡Se supone que eso es una disculpa!?«

 

Para ello, Duggan recoge al Tony justo donde Cantwell lo dejó, en la calle y sin apenas posesiones ni empresa, y se dedica a revolcarlo aún más en el fango utilizando a un misterioso villano que está tratando de arrebatarle al Vengador Dorado lo poco que le queda: su armadura, su lado heroico y sus aliados. ¿Quién es este misterioso antagonista? Ya lo veremos, pero el objetivo del guionista es claro: hay que terminar el trabajo que comenzó el anterior responsable de esta colección y para ello Tony debe quedar al desnudo frente a sus debilidades y sus fortalezas, para poder volver a convertirse en ese héroe con el que tantos podemos sentirnos identificados pese a no poseer una casa como la suya, una colección de coches como la suya o una armadura personal e hipertecnológica como la que él viste.

 

El Invencible Iron Man #1 (#146)

El Invencible Iron Man #2 (#147)

 

Por afear algo, he de decir que no me gusta nada la portada del segundo número de la colección que pone en nuestras estanterías Panini. Ya basta de esas primeras páginas que nos prometen una batalla que no está ni tan siquiera en la imaginación del guionista. Me habría gustado mucho más una imagen con Riri portando a un inconsciente Tony, insinuando su recaída en la bebida. Seguiría siendo parcialmente falsa, pero al menos se poyaría más en lo que ocurre en las páginas de la grapa que puso a la venta Panini el pasado mes de mayo en España. También espero que la actual historia de Ironheart nos conduzca a un enorme TE LO DIJE de Stark hacia la que fue en algún modo su pupila. Básicamente porque si no estaríamos jugando una carta estúpida que le quitaría a los Anillos del Mandarín su relevancia para poder jugar una seri de cartas de lo políticamente correcto que me parece que muchos autores con cierto número de años no terminan de comprender como se han de poner sobre la mesa.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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