«Méteme la pistola en la boca y dispara«

El manga de Yoshifumi Tozuka se encamina a toda velocidad hacia su verdadera razón de ser con el final del arco argumental en torno al negacionista Inmóvil (erróneamente rotulado como Incierto en la entradilla de este tomo de Panini por cierto) y el comienzo de una saga que está llamada a cambiar todo lo que pensábamos como inamovible en la serie. Pero vayamos por partes, porque el tomo tiene miga y hay que prestarle bastante atención, como siempre.

Comenzamos donde lo dejamos en el número anterior, con Fûko herida de gravedad por culpa de la habilidad de Irreparable y con Andy llevándola a ella y a Chikara a hombros a la vez que trata de acabar con este misterioso cazador de negacionistas. Y con Tatiana, la niña que vive encerrada en una pokéball, enfrentándose ella sola a otros dos aliados de este personaje. Y es con todo este cirio montado cuando Tozuka decide que es el momento de contarnos la triste historia tras las habilidades de esta niña de origen ruso. El paréntesis no debería sorprendernos, es habitual en mangas de esta clase, máxime cuando se han de presentar las habilidades de un personaje concreto, lo que llama la atención es la exagerada crueldad de la que hace gala Tozuka cada vez que nos cuenta el pasado de alguno de sus personajes. Recordemos que a Fûko la conocimos cuando se iba a suicidar porque su habilidad había condenado a su familia a todo áquel que se le acercaba y que Andy es un personaje tan torturado que, de alguna forma, reprime parte de su ser con una tarjeta directamente clavada en su cerebro. Ahora llega el turno de Tatiana de revolvernos las tripas y, más adelante, le tocará a Chikara dejarnos con el culo torcido, de manera que esto parezca una competición por ver quién es el más traumatizado de esta serie.

«Lo que no alcanzo a imaginar es el dolor que se debe sentir cuando ese alguien te traiciona«

La cosa podría quedarse ahí, en una sucesión de historias truculentas, pero lo que pretende el mangaka es contarnos que, con independencia de la triste historia y de los traumas que te hayan marcado en el pasado, tu historia siempre es un lienzo en blanco sobre el que se puede dibujar cualquier cosa. Este es un mensaje muy bonito destinado a todos aquellos lectores que ven apilarse sus problemas uno sobre otro y que notan como el peso de los fracasos del pasado les impiden avanzar hacia un mañana diferente a todos los que han precedido al día de hoy. Fûko ha aprendido a utilizar su mala suerte para ayudar a otros, Tatiana hace lo propio en este número y Chikara comienza a comprender que la habilidad que mató a sus padres podría ser también una herramienta con la que salvar incontables vidas.

Undead Unluck #4

Y si de incontables vidas hablamos, toca entonces irnos al arco argumental que comienza con el final de este tomo. La dinámica que habíamos creído poder asimilar de misiones y premios y castigos se rompe con un evento que va a cambiar de manera irremediable el funcionamiento de esta serie a partir de ahora. Ya fuera porque estaba planeado o porque el autor recibió la orden de dinamizar la acción y la trama, la cosa es que abandonamos el orden para dejarnos caer en las manos del caos a partir de esta nueva trama. Cuatro nuevas misiones emergen, sí, pero su resolución ya no será similar a lo que habíamos visto hasta ahora y el precio por abordar cada una de ellas va a pesar más que nunca sobre nuestros personajes. Esta gran trama se va a extender a lo largo de una buena cantidad de tomos y consta de varias subtramas e historias del pasado. Así que, como no podía ser de otra forma con esta serie, tocará estar muy atentos para no perdernos en lo enrevesado de su proceder.