Con la adquisición de Lucasfilm por parte de la todopoderosa Disney y la vuelta de la licencia comiquera a manos de Marvel Comics, la nueva directiva era la de hacer borrón y cuenta nueva. Es decir, nada de lo hecho hasta el momento, salvo las seis películas de la saga y dos series animadas, Rebels y Guerras Clon, tenía ya validez. Toda esa ingente cantidad de material pasaría a formar parte de las leyendas de Star Wars, material para veteranos y completistas. A partir de ahora se concebiría un nuevo universo expandido para que las nuevas generaciones pudieran entrar vírgenes al universo creado por George Lucas. Y es aquí donde se sitúa Kanan.

A este Jedi lo conocimos en Rebels, ambientada en tiempos del Imperio Galáctico, ya con Darth Vader sembrando el terror en la galaxia. Y los mandamases marvelitas tuvieron la genial idea de imaginar cómo habría sido su niñez, cuando aún era un padawan en formación, en tiempos de la República y los primeros años de la ascensión del Imperio. Y es que es el momento de rellenar todas las lagunas que nos deja el espacio entre las diferentes películas.

Con Greg Weisman y el español Pepe Larraz como equipo creativo, esta nueva serie -que edita en España Planeta Cómics en tomo- recoge lo mejor del espíritu aventurero de la saga galáctica para crear un producto tremendamente atractivo, punto de partida idóneo incluso si no se conocen las películas. Y es que, además de Kanan, los autores tienen la oportunidad de crear nuevos personajes como la maestra Jedi Depa Billaba, que con su breve aparición tiene todo lo necesario para convertirse en un nuevo icono del universo Star Wars.

La colección puede considerarse un spin-off de Star Wars: Rebels, pero no hay que temer. Es perfectamente comprensible sin necesidad de conocer o haber visto la serie animada. Detalle importante para todo aquel que no tenga tiempo o ganas de profundizar más allá de lo que ofrece este relato de aventuras. Bien que la trama contenida en estos primeros seis números no rebosa originalidad, pero es un interesante punto de partida y cumple a la perfección su cometido de entretener. Estamos ante una historia muy liviana en la que impera la acción y la aventura.

En Kanan, si hay algo que luce sobremanera, es el dibujo de Pepe Larraz. El español viene ya de hacer interesantes trabajos en la franquicia mutante y en Thor, y aquí vuelve a demostrar su soltura en las escenas de acción y en la caracterización de personajes, con un trazo más “cartoon” que casa muy bien con el tono de la historia.