El universo de La Liga de los Hombres Extraordinarios vuelve a nuestras estanterías gracias a Planeta Cómic, que recopila en un solo volumen en cartoné los tres álbumes con los que Alan Moore y Kevin O’Neill retrataron la vida de aventuras de Janni Nemo, la hija del legendario Capitán Nemo, a lo largo del convulso s.XX.

«A la menor provocación, los pececillos se darán un festín con tus ojos»

Muy influidos por la corriente camp -exagerada y llena de humor- y siguiendo la línea marcada por la obra a la que sirve de secuela/spin-off, el tríptico que supone Nemo (formado por los relatos Corazón de hielo, Las Rosas de Berlín y Río de fantasmas), no es solo un descargo lúdico para sus autores, sino todo un homenaje a algunas de las obras más icónicas del pasado siglo.

No hablamos de cualesquieras, sino de En las montañas de la locura, de H. P. Lovecraft; Metrópolis de Fritz Lang; y Los niños de Brasil, de Ira Levin. Eso sí, no esperéis adaptaciones fidedignas a dichas obras. Moore y O’Neill juegan con los conceptos básicos de las mismas (a veces cogiendo algún personaje, a veces la imaginería visual) y los sumergen en su rico mundo. Exactamente lo mismo que llevan haciendo desde el principio con La Liga de los Hombres Extraordinarios. Lo llamativo, quizás, es como integran estos escenarios en un relato en el que el salvajismo del s.XX -con dos guerras mundiales- transforma el modo de vida de la capitana Nemo, implacable pirata reconvertida -más o menos- en líder política.

Después del primer y del segundo relato Moore nos regala una suerte de reportaje que sirve para contextualizar las aventuras de Nemo, así como ofrecer muchos más guiños a la cultura popular (hay desde referencias más o menos explícitas a obras como King Kong a otras más sutiles como la referida a los kaijus japoneses). Son de obligada lectura para entender mejor la figura de Nemo y su implicación en este s.XX alternativo en el que los nazis siguen siendo la peor pesadilla de occidente, pero en el que lo imposible puede ser real. El guionista nos emplaza a imaginarnos todas esas aventuras que no nos cuenta, que solo menciona de pasada, y nos prepara para la siguiente parada en la agitada vida de la regente de la isla Lincoln.

Los tres relatos que componen el tomo son toda una celebración camp en la que caben desde imágenes que evocan a The Terminator a divertidos guiños al nazisploitation o aventuras de corte más clásico. Todo es posible en Nemo. Es una lectura ideal para revivir el espíritu lúdico de La Liga de los Hombres Extraordinarios y también para descubrir su rico imaginario, pues Nemo puede disfrutarse de igual manera por conocedores de la obra de la que surge como por quienes no tengan nociones de la misma. Lo que prevalece es el sentido de la aventura, y este no sabe de continuidades o herencias.