¡Vaya tela! Al margen de que los perros sigan cayendo uno tras otro en esta decimoséptima edición de la Muestra Syfy de Cine Fantástico (dos más han perdido la vida en el día de hoy, sin contar con el de peluche que se ha traído Leticia Dolera para delirio del público de la sala de la mandanga), en la tercera jornada del festival de 2020 hemos sido testigos de casi un pleno de películas en las que los padres (sobre todo ellos) han resultado ser algo peor que unos inútiles al cargo de sus retoños. En la mayor parte de las películas que hemos visto todo lo malo que pudiera pasarle a los chavales tenía que ver, directa o indirectamente, con malas decisiones de sus progenitores. Que si los dejamos con una desconocida con problemas mentales a solas en una casa durante dos días, que si los ofrecemos como sacrificio para un demonio, que si los criamos con alpacas y les damos de beber agua contaminada… Qué pena que no se oigan a través de la pantalla los furibundos improperios del público de la Muestra. Nos habríamos ahorrado más de un disgusto.

Pero en fin, vamos al lío. Hoy hemos tenido seis películas (contando con la sesión matinal para los más pequeños) y os las contamos a continuación:

Trolls 2: Gira Mundial (Walt Dohrn y David P. Smith, 2020)

Comenzamos el día con una sorpresa muy agradable. Cierto que la primera entrega de Trolls funcionó razonablemente bien en cines, pero lo cierto es que no nos esperábamos encontrar en la sesión matinal a un producto que pudiera entretener a los chavales y hacernos reír a los adultos (y más aún a los que adoramos la música). La cinta transmite un mensaje de paz y amor musical que muchos harían bien en aplicarse, hablando de que no, no somos todos iguales. Pero que las diferencias son las que hacen que la vida valga la pena y que el respeto de estas diferencias es lo que nos dota de humanidad. Con todo, y pese a que es de agradecer el esfuerzo de Universal para plantar este pre-estreno diez días antes del desembarco oficial del filme en España, la idea de plantarles a los críos una película subtitulada ha sido un movimiento peligroso que, en las secuencias en las que se paraban la música y la pirotecnia, daba paso a un patio de butacas chillón y aburrido.

Jamie Dornan ayer perdía a su hija en el pasado y hoy nos conquistaba con Jazz

The Cleansing Hour (Damien LeVeck, 2019)

Aquí lo de Padre del Año va muy por los pelos, pero podría aplicársele al protagonista. Un sacerdote que se dedica a emitir en streaming falsos exorcismos y que recibe una dosis de karma cuando se tope con una posesión auténtica y tenga que intentar expulsar de verdad al demonio que ha poseído a la novia de su mejor amigo. The Cleansing Hour ha sido, quizás, la película más completa del sábado. No porque sea una cinta memorable (no hemos encontrado nada de ese palo todavía en esta Muestra), sino porque funciona muy bien durante casi todo su metraje y no pierde la tensión ni el interés en ningún momento. A pesar de jugar con un sólo escenario (más alguna escena suelta en diversas localizaciones) no resulta aburrida y sabe proponer una historia muy dinámica en la que el espectador siempre quiere saber qué es lo que va a pasar. Contiene, cómo no, una crítica bastante clara a la época actual de las celebridades de redes sociales, pero está bien traída y sirve para dotar al filme de elementos que lo integran perfectamente en el ámbito de lo creíble.

¿Esto cuenta como perro?

Rabid (Jen y Sylvia Soska, 2019)

Antes hablamos de ellas y aquí se presentan en la Muestra con nada menos que una versión actualizada de Rabia, el que fuera segundo largometraje de David Cronenberg. Las hermanas Soska dirigen y co-escriben (además de reservarse un par de pequeñísimos papeles) esta revisión protagonizada por Laura Vandervoort (la que fuera Supergirl en la serie Smallville) y que tiene en el mundo de la moda la excusa perfecta para jugar en el plano estético. La esencia del filme de Cronenberg está ahí y los guiños son numerosos: desde la tipografía del título, al papá noel acribillado a balazos o la escena de «seducción» en la piscina, pero el contexto fashionista permite a las directoras experimentar en el plano visual y ofrecer diferentes lecturas a las que tenía la cinta original. Alguna que otra salida de tono injustificada y caprichos propios de directores sin demasiada experiencia («tengo que meter tal cosa porque mola y me da igual si no aporta nada a la película») no desmerecen una propuesta digna heredera de la nueva carne.

En el hospital la dieron paracetamol y una moneda con dos caras

The Lodge (Severin Fiala y Veronika Franz, 2019)

Y el permio al padre del año es para… si veis a Richard (Richard Armitage, Thorin en El Hobbit) ya estáis tardando en llamar a los servicios sociales. Su (falta de) delicadeza provoca el suicidio de la madre de sus críos y deja a su nueva pareja (una antigua paciente con psicopatía rescatada del control de una secta cuando era niña) al cuidado de estos, en vísperas de navidad, aislados en una casa de campo y con un revolver a su alcance. ¿Qué podría salir mal? Ahí radica el problema de The Lodge. Severin Fiala y Veronika Franz se esfuerzan en sorprender al público y revestir de una atmósfera opresiva a su propuesta, que a ratos se sitúa en la línea de películas como Después de la muerte y a ratos parece una versión perturbada de Cyrus. Pero (cuando se va de listo pasan estas cosas) ciertos elementos (la casa de muñecas y el dichoso revolver) ya ponen al espectador en la pista de la solución… la única solución posible. Y se pierde la magia. Fuera del ambiente de la Muestra Syfy se disfrutaría más (en términos cinematográficos, que no mandanguers) de sus virtudes, como el trabajo de la actriz Riley Keough o del director de fotografía Thimios Bakatakis (colaborador habitual de Yorgos Lanthimos).

¡Veamos este vídeo con las locuras de nuestra nueva mamá!

Color Out of Space (Richard Stanley, 2019)

Nicolas Cage tiene la excusa de que su personaje tuvo una juventud bastante psicotrópica y que cuando Lovecraft se pone intenso tampoco hay quien se aclare. Solo así se explica los desmanes de este padre amante de las alpacas y del whisky de Texas. El personal Richard Stanley dirige esta adaptación de una historia corta de H.P. Lovecraft con bastante tino, trasladando bien la atmósfera de angustia (y cierto desconcierto) que suele impregnar las obras del escritor norteamericano, así como su trabajo con los personajes, víctimas sin remedio de un mal cruel e incomprensible que los quiebra hasta la desesperación. Quizás el terror cósmico se le sube un tanto a la cabeza a Cage, pero el histrionismo del que hace gala le sienta bastante bien a la película.

Aplausos en la sala cada vez que Nicolas Cage hacía cualquier cosa

Satanic Panic (Chelsea Stardust, 2019)

Simpática comedia de terror sobre sectas y una amable repartidora de pizzas en su primerito día. Aquí se ha notado que las fuerzas nos fallaban y lo endeble del guión no ha ayudado a mantenernos a todos en pie para una cinta que ha empezado muy tarde (casi una hora de retraso) y que ya no mucha gente se ha quedado para ver. Stardust plantea una cinta que funciona bien a través de un humor que raya lo absurdo. Falla quizá un tanto en que muchas de las cosas que ocurren son difíciles de creer, pero es una película tan consciente de su propio tono y sus limitaciones que es imposible no disfrutarla. Como otras tantas otras antes que ella, la última entrega del sábado se postula como la cinta perfecta para ver con amig@s, cerveza y una tarde libre con bastantes ganas de reírnos.

NO me refería a esa clase de propina