Empezamos la jornada con un título made in Taiwan. Phan Dang Di presenta una historia de jóvenes perdidos en Saigon. Salen por la noche, tienen sus líos, sus trifulcas y sus dudas sobre su identidad sexual, que parece ser una de las temáticas de la Berlinale en todas sus secciones. La trama se pierde al llegar al desenlace por querer tratar mucho tantas sensaciones nuevas. Sin embargo en al apartado técnico, la fotografía es digna de mención.

Hoy era una cita señalada en el calendario,por gracia y obra de la magia Disney, y con la varita mágica de Kenneth Branagh. Cenicienta volvía en carne y hueso. La película no se desquita apenas de la historia de dibujos. Podría haber arriesgado, cierto, pero se disfruta igual que si lo hubiera hecho. Las escenas del hada (una maravillosa Helena Bonham Carter), la vuelta a casa con las campanadas presionando, el encanto de Lily james y Richard Madden, el maravilloso vestuario y espectacular dirección artística y, ante todos la colosal actuación de Cate Blanchett como vil madrastra. Por todo ello, se le perdona la falta de originalidad en el texto. Porque a diferencia de grandes clásicos infantiles, la película se sigue con admiración. No pierde el rumbo en ningún momento; por ello todo ese emperifollamiento queda normalizado.

Pero después del «Y comieron perdices» había que volver a la Berlinale y con el último título en competición. La última opción era japonesa, de Sabu. Una historia curiosa de ver, comedia que une asuntos celestiales con los terrenales. No había mejor título para cerrar la Sección Oficial, y eso que han sido muy variados.

Mañana llega la gala final y el palmarés. La suerte está echada. Veremos por quién se decantan Darren Aronofsky y su grupo.

En las secciones paralelas, también ha habido curiosidades: Ned rifle, una historia con pretensiones de colarse en lo novedoso del mundo indie, o documentales directos que en setenta minutos transmiten más que metrajes de dos horas: eso pasa con Exotica, Erotica, Etc, un documental de la sorprendente sección Forum que trata aquello de que los marineros tienen una novia en cada puerto, y la voz en off es de una de esas mujeres de vida alegre que cuenta su vida. La producción, griega española y portuguesa, correcta en su conjunto y amable hacia el público.