Woody Harrelson y Frances MacDormand

San Sebastián 2017: ‘En cuerpo y alma’, ‘La novia del desierto’ y ‘Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri’

Seguimos haciendo un repaso del festival en esta segunda crónica, en la que os hablamos de otros tres títulos que han triunfado de una forma u otra en los distintos certámenes por los que han pasado, desde Berlín hasta Venecia, pasando antes por Cannes.

 

En cuerpo y alma

Una escena de ‘En cuerpo y alma’

 

En cuerpo y alma, de Ildikó Enyedi

Poco menos que incomprensible es el éxito cosechado por En cuerpo y alma, ganadora del Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín. La nueva película de Ildikó Enyedi sigue a dos personajes que afrontan la soledad cada uno a su manera. Su fin no es otro que hacer que sus caminos converjan por todos los medios, para así demostrar que el amor es la única salvación posible —aunque corras el riesgo de que te mate antes—. No resulta tan molesta la interesante pero desaprovechada premisa —casualmente el director financiero de un matadero y la nueva supervisora de calidad sueñan lo mismo— como la estúpida excusa que hace que se percaten de su extraña compatibilidad. Podríamos decir que en este camino, anodino pese a los continuos e irritantes toques de humor, Enyedi se detiene siempre que puede para regodearse en todos aquellos detalles crueles y/o desagradables, buscando un resultado entre lo artístico y lo violento.

 

Alexandra Borbely

 

Dadas las características de la protagonista femenina, cuya escasa habilidad social se explica superficialmente a través de una precisa e infalible memoria numérica, la cineasta húngara juega sin ningún tipo de gracia con su miedo a mantener contacto físico con todo aquello que la rodea. En este aspecto, la película se acerca mucho a algunas obras que filtraban las peculiaridades de sus personajes mediante una puesta en escena sensorial —se me ocurren ejemplos como Blind, Aloys o Wild—, aunque aquí el trabajo de montaje y sonido nunca está a la altura. En cuerpo y alma termina siendo un trabajo fallido que apenas logra sacar partido a la dualidad que promete su título, preocupándose más de hacer gala de una misantropía que deshumaniza a prácticamente todos sus personajes.

 

La novia del desierto, de Cecilia Atán & Valeria Pivato

Existe un acusadísimo contraste entre el resultado que pretende (y seguro que consigue) generar esta ópera prima en el público y las herramientas que utiliza para ello. Porque una road movie de amor no es tal si se dedica a romantizar el secuestro —afortunadamente en su forma más light— por el camino. Sin embargo, el debut de Cecilia Atán y Valeria Pivato sigue una tradición de cine familiar y bienintencionado que parece no reparar en las implicaciones éticas y dramáticas de su propia narración, lo que no la exime de culpa.

 

Paulina García en La novia del desierto

 

La novia del desierto discurre con una clara vocación paisajista, limitando la psicología de los personajes a un cierto halo místico que aparece puntualmente en sus fotogramas. Cuando la distancia entre la cámara y lo filmado disminuye —creando una situación óptima para preocuparse por los personajes y encuadrar los rostros de los actores—, el arbitrario uso del fuera de foco revela los verdaderos intereses de la propuesta, donde ni siquiera Paulina García tiene la fuerza y convicción que demostró en Gloria.

 

Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri, de Martin McDonagh

Gran triunfadora en los recientemente concluidos festivales de Venecia y Toronto, Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri es el mejor trabajo de Martin McDonagh hasta la fecha. Sin renunciar al humor negro y a la violencia habitual en su obra, logra construir una compleja y muy bien trenzada historia de personajes, donde sus visibles diferencias y sus acciones —casi siempre moralmente reprobables— son siempre observadas desde el respeto. El interés se encuentra, más que en las oportunas y urgentes cuestiones a abordar —el racismo, la venganza, la violencia intrínseca del ser humano y, más concretamente, del género masculino, entre muchas otras—, en la forma de saltar de un tercio a otro sin pasar por alto la dignidad de los personajes y manteniendo la mirada fija en la posibilidad de redimirse y encontrar el perdón; todo ello sin quedarse en la superficie y desprendiéndose del cinismo del que hacían gala sus tres trabajos previos. Brillan en sus respectivos papeles Frances McDormand, Woody Harrelson y Sam Rockwell. El tercer largometraje del cineasta británico es una suerte de combinación entre el universo de Fargo y la calidez del cine de Thomas McCarthy. También es, en definitiva, su obra más completa y la primera que cuenta con un empaque visual a la altura de la labor de escritura.

 

Frances McDormand en Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri

Acerca de Iván Ginés

He comenzado a entender mi función en este mundo gracias al cine. Siempre me ha gustado decir que Vértigo y Mulholland Drive me introdujeron en este mundo, pero ahora debo añadir que han sido John Ford y Jacques Rivette quienes han cambiado mi forma de pensarlo.

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