«Vive deprisa, muere joven y SÉ un bonito cadáver«
¡Qué ganas tenía! Ha pasado más de un año desde el último tomo de Revival y ya casi había perdido mis esperanzas, pero Aleta vuelve a cumplir y nos trae una ración más de la que es, a día de hoy, mi colección de cómics favorita dentro y fuera del mundo de los superhéroes. Tim Seeley, que ahora hace sus pinitos en DC guionizando Nightwing, tiene en Image una vía de escape del encorsetado mundo de las grandes editoriales a través de una historia que mezcla el crimen con lo sobrenatural con una naturalidad (válgame la redundancia) que me sigue dejando perplejo tres años después de leerme su primer número. Todo lo que ocurre está ahí porque tiene que pasar y en el momento justo en el que se necesita para que el relato no pierda fuerza, todos los personajes son orgánicos, creíbles, humanos. Y es esta humanidad, y el poso escalofriante que subyace justo a continuación, los ingredientes que convierten a Revival en una de las drogas más duras.
Poco importa cómo dejamos el cómic en el número anterior (aunque la verdad es que he tenido que ir a buscarlo para situarme), digamos que ahora el reparto cuenta con un actor menos y un misterio más. Ese misterio, el hombre desfigurado que viéramos al final de Revival #3, va a ser uno de los hilos conductores de este tomo. Dana lo considera una pista clave en la investigación acerca de la muerte de su hermana, hará lo que sea necesario para esclarecer su identidad y sus motivaciones y sólo un repentino viaje la apartará momentáneamente de la pesquisa, que tendrá que continuar en el quinto tomo de la colección.
«Lo peor de todo es que ahora me siento como en casa«
Eme, por su parte, sigue experimentando con su recién obtenida inmortalidad ahora que sus asesinatos parecen haber sido convenientemente olvidados (aunque a este respecto cada vez haya más cabos sueltos). En este tomo tiene un encuentro a medio camino entre lo divino y lo macabro que le hace abrir los ojos a algunas de las pulsiones que la han estado moviendo de aquí para allá a lo largo de los últimos capítulos. El sabor de la inmortalidad es dulce, pero para ella va a tener unas consecuencias tan imprevisibles como siniestras que… también nos llevan al siguiente tomo (Tim Seeley, me tienes a tu merced).
Hablaba antes de un viaje. Seeley decide en este número llevar la acción más allá de la zona de cuarentena. Concretamente, se lleva los casos de los resucitados a la Gran Manzana y le brinda así a Dana la oportunidad de colaborar con el FBI. Este caso va a reunir a nuestra sacrificada protagonista con un fantasma del pasado (nunca mejor dicho) y a nosotros nos da una oportunidad única para ver toda esta historia desde una perspectiva completamente distinta: la de la gente de la gran ciudad que sabe de los casos de los resucitados por la prensa y los ve como algo llamativo y lejano. A la propia Dana le cuesta acostumbrarse a escuchar aquí y allá hablar de su pueblo y por un momento se me ha ocurrido pensar en cómo tratamos desde la distancia temas tan escabrosos como el de Diana Quer en el ‘lejano’ (hablando desde la capital) punto en el mapa que representa Boiro.
«Estoy temblando. Debería llevarme con usted«
Otras muchas historias se desarrollan a la par que las de las dos hermanas. El padre de ambas lleva en este número la tensión con Edmond Holt a un nuevo nivel mientras que éste nos revela a los lectores un macabro plan que a buen seguro nos va a estallar en las narices a partir de la… siguiente entrega. Por su parte, Lester Majak tiene sus propia dosis de hombres brillantes y se reúne con un viejo amigo suyo para urdir un plan en contra de estos escurridizos seres. Por último, Ibrahim sigue investigando el misterio del hombre desfigurado y las respuestas que obtenga en este capítulo nos van a dejar con muchas más preguntas de cara a los siguientes.
Y hasta aquí puedo escribir sin ponerme a soltar spoilers. En serio, me cuesta recordar la última vez que leí un cómic que tratara con tanto mimo a sus personajes y a las diez mil tramas que se desarrollan a la vez. Tim Seeley logra en esta serie un verdadero hito como malabarista al mantener la tensión y el suspense siempre en lo más alto sin importar quién lleve la voz cantante en cada momento. Mike Norton, por su parte, nació para dibujar esta colección. Me cuesta también imaginar a Revival con otro aspecto y el hecho de que guionista y dibujante sigan juntos tras 23 números no hace sino que la serie gane enteros. El tomo, por último, se completa con un loquísimo cruce entre Revival y Chew, una serie inclasificable de la que ya hablamos por aquí en el pasado, en el que lo menos asqueroso que veréis será a un agente federal comiéndose una uña ajena.
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