Hace poco recuperábamos el ritmo de lectura con Hay algo matando niños, serie que en su primer arco reflexionaba acerca del monstruo y el poder que les damos al creer en ellos y convertirlos en relatos. Demonios imaginarios, nueva adición al catálogo DC de ECC Ediciones, comparte una reflexión similar, aunque desde una perspectiva más cercana a la salud mental.

«Tan suave. Tan fresco. Tan sabroso«

Porque los monstruos de Tim Seeley y Stephen Molnar son personales y se alimentan de sentimientos como el miedo o la rabia. Es la intensidad de esas emociones las que alimenta a dichos monstruos y les dan el poder de traspasar el velo del mundo material y afectarle. Su naturaleza, en este sentido, recuerda a la del terrorífico Freddy Krueger, quien atacando desde los sueños de sus víctimas podía matarles en el mundo real. Estos demonios imaginarios (o parásitos mentales interdimensionales, PMI, como se les denomina), actúan de manera similar.

Viniendo de una dimensión o espacio ajeno al nuestro (Seeley se enfanga en este punto y su explicación no es del todo consistente), estos seres se adhieren a nosotros y definen su forma en base al relato que construimos a su alrededor. Como veis, Demonios imaginarios propone interesantes temas acerca de la naturaleza del monstruo como concepto. Es una lástima, sin embargo, que muchos se diluyan en un argumento más interesado en el thriller policial al uso.

Esa es la gran pega del cómic de Seeley y Molnar, las ideas conceptuales y teóricas se diluyen en una trama que no dista mucho de los tropos habituales del género policial jugando, eso sí, con ciertos códigos del fantástico y el terror. Pese a ser una miniserie, la obra está concebida como una presentación de personajes y sigue la estructura de caso o monstruo de la semana de muchas producciones televisivas. Expediente X (a la que además hacen algún que otro guiño) es un buen ejemplo de esto: Mulder y Scully reciben un aviso de que algo extraño sucede en tal o cual sitio, van e investigan, resuelven (o no) el caso y vuelven a las oficinas del FBI a la espera del siguiente misterio.

Demonios imaginarios es el episodio piloto de un hipotético policial seriado de suspense y fantástico. Que no está mal, pero en base a eso no tiene nada especialmente llamativo que invite a explorar más su mundo.