«Que tu humanidad no siga el camino de tu mortalidad«

Que la Casa de las Ideas lleva unos años cocinando a fuego muy lento una historia potente de vampiros es algo que ya nadie puede negar. Ya en 2021 vimos como el propio Drácula se dejaba caer por la fantasmagórica ciudad de Chernóbil para reclamarla para sí mismo y para el resto de los no-muertos en un movimiento que sonaba un poco a guiño a lo que los mutantes estaban haciendo con Krakoa, pero desde un punto de vista más oscuro. Esto lo veíamos en medio de la etapa de Jason Aaron al frente de los Vengadores y en más de una ocasión nos quedamos pensando por qué esa trama nunca había avanzado ni un poquito más aparte del hecho de servir a Marvel para sacar de los Vengadores a Blade y para regalarnos un par de números de cruce con otras series (como la de Lobezno) de la editorial.

Volvemos hoy a abordar el tema vampírico con el plan editorial de Panini para este 2024 ya sobre la mesa y con la confirmación de que la editorial norteamericana de la que se nutre ésta sacará un crossover titulado Blood Hunt para verano de este año. Hasta entonces, y para que no se nos olvide cuál es la situación de los chupasangres del universo marvelita, se tira de Tim Seeley (un guionista más que curtido en el terror y lo sobrenatural) para que rescate a alguno de los olvidados dentro de la extensa galería de personajes que han tonteado con el consumo de sangre humana en alguna ocasión. Para ello se marca un cruce entre Spiderman, la Patrulla-X, el Capitán América y los Perdonados (un grupo de operaciones especiales vampíricas con un férreo sentido del honor) y cierra este tomo con un regreso a Chernóbil, para que veamos cómo han cambiado las cosas en los últimos dos años y poco.

«Un gran poder conlleva gran denegación, amigo mío«

Sin Perdón, además de hacer una alusión innecesaria al magnífico filme de Clint Eastwood, nos vende una historia corta (apenas tres números) en la que el susodicho comando ha de vengar la muerte de su líder espiritual y en la que los superhéroes son meros invitados a una fiesta en la que se encuentran fuera de lugar. La trama es entretenida, pero también resulta un poco simplona y vacía: Ni los Perdonados suscitan demasiado interés ni nada parece indicar que las actividades vampíricas estén aumentando por todas partes (cosa que sí se muestra bastante mejor en la serie del Caballero Luna, por ejemplo).

Sin Perdón (Blade: Vampire Nation)

El único capítulo de verdadero interés en este tomo resulta ser, precisamente, el que se libra del título que da nombre al álbum y que viene firmado por Mark Russell en lugar de por Seeley. En Nación Vampiro vemos a Blade ejerciendo el cargo que le fuera otorgado durante la anteriormente citada serie de Aaron: el de sheriff de la nación vampírica de Drácula. Así, somos testigos de cómo ha ido cambiando el panorama en estos últimos años y cómo un territorio vacío y moribundo se ha ido convirtiendo de la noche a a la mañana en una nación a la que tener muy en cuenta. Los paralelismos con Krakoa siguen siendo imposibles de negar, pero mientras que los mutantes han estado constantemente en el foco, los vampiros han sabido crecer sin dar la impresión de ser una gran amenaza para el resto de naciones, lo que tiene pinta que los héroes pagarán caro a lo largo de este año que ahora empieza.