Factor-X

Factor-X #1: Comedia sin dirección

Factor-XMark Russell debuta en el skyline Desde las cenizas de la franquicia mutante con una propuesta de interesante premisa, pero a la que le hace falta afinar la puntería para dar con la dirección adecuada. Panini Cómics la publica, como con el resto de cabeceras al margen de las tres principales (Excepcional Patrulla-X, La Imposible Patrulla-X y Patrulla-X), en un tomo en formato rústica que incluye los cuatro primeros números de la colección.

 

«¿Tengo en mi equipo a una mujer de 87 años que quiere morir?«

 

Russell (que forma tándem con Bob Quinn a los lápices) concibe un equipo a medio camino de la encarnación original de Factor-X, como una formación empleada por el gobierno norteamericano, y de las dinámicas de X-Statix, con la búsqueda de patrocinios y el foco mediático como forma de vida. El problema radica en que ambas naturalezas tienden a anularse entre sí y al final no sabemos a qué se dedican o para quién trabajan. En la práctica este Factor-X es un grupo de mercenarios, que tan pronto actúan bajo el mando del ejército de EEUU, como recogen la basura de un rico y desalmado empresario a espaldas, precisamente, del gobierno.

 

El quid está en los personajes que ejercen de líderes del equipo. Ya sea Ángel o Kaos, ambos aceptan formar parte de Factor-X porque consideran que desde su influencia podrán ayudar a los mutantes necesitados en un mundo post-Krakoa que odia y teme al homo superior más que nunca. Sin embargo, su discurso queda en nada en cuanto llega la hora de ponerlo en práctica. Hay una evidente falta de consistencia y coherencia entre las palabras y las acciones de los personajes.

 

Factor-X

 

Da la impresión de que el guionista no termina de creer en lo que está narrando y lo que realmente le motiva es la comedia que gira alrededor de las dinámicas del grupo, una versión algo descafeinada de la citada X-Statix; por una sencilla razón: aquí no todos los personajes son prescindibles. Peter Milligan y Mike Allred podían jugar y llevar al límite a sus protagonistas porque estaban concebidos para ser carne de cañón. La televisión y la fama era una trituradora sin compasión. Aquí, sin embargo, ¿alguien se imagina a Cecilia Reyes o a Piros muriendo al segundo número de ser introducidos en la serie?

 

El desnivel entre primeros espadas como Kaos o Polaris y personajes de nuevo cuño hace -inevitablemente- que la atención se dirija hacia los primeros y que el destino de los segundos nos importe más bien poco; falta esa conexión genuina con el público que sí había en su antecesora. Eso sí, hay algunos descubrimientos que son verdaderos diamantes para la comedia, en especial cierto ex y cierta señora mayor que debutan en estas páginas.

 

Quizás el porvenir de Factor-X dependa de que Mark Russell se lance de lleno hacia esta comedia cartoon y abandone la crítica genérica (al odio, los prejuicios, los medios…) que no atina a concretar.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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