ECC Ediciones puede enorgullecerse de traernos una de las lecturas más especiales sobre Superman aparecidas en los últimos años. El matrimonio Allred y Mark Russell elaboran un ejercicio que guarda ciertas similitudes con la iniciativa «Toda una vida» marvelita y presentan a Superman/Clark Kent a lo largo de dos largas décadas en una misión movida por el arma más poderosa de todas: la esperanza.
«Pero, en cierto modo, siempre he sabido que no podría vivir sin ella»
El marco temporal de Superman: La era espacial abarca desde 1963, con un Clark todavía descubriendo algunas de sus muchas habilidades kriptonianas, y 1985, en su plenitud como héroe y persona. A través de su trayectoria y crecimiento vital Russell y los Allred construyen también una imagen de la historia de los EEUU de aquellas décadas, las de la muerte de Kennedy o el escándalo del Watergate y en las que destacaron figuras como el político John Lewis o Los Beatles. No es un repaso a la historia política del país per se, pero el relato maneja muy bien el contexto de la época condicionando el tono y motivaciones de la acción y los personajes.
Este es un relato sobre la esperanza, pero de una esperanza en unos tiempos marcados por la incertidumbre y el miedo. No en vano, se trata de un periodo marcado por la Guerra Fría (más caliente que nunca en los primeros 60), Vietman la crisis de los 70 (aumentando el desencanto y clima violento en las calles), o el neoliberalismo de Reagan en los 80. Nada de esto (o muy poco) forma parte del relato en un primer término, pero todo está de fondo en el mismo, marcando, como decía, la historia y sus protagonistas.
En un periodo de desafección social y política, se hace más importante la esperanza. Y aún cuando todo parece perdido, personajes como Lois Lane o Superman se aferran a ella y luchan contracorriente a fin de mantener viva esa chispa de esperanza y de atesorar los (pocos) momentos de verdadera felicidad. Russell elabora un guion de aire ciertamente melancólico y apesadumbrado, pero que se resiste a rendirse y que apela a que «es mejor vivir con un propósito y morir por accidente que vivir por accidente y morir sin propósito«. La muerte y la pérdida están siempre presentes, pero los protagonistas (con Superman a la cabeza) no se resignan a ellas y en todo momento buscan buscan esa esperanza, ese propósito de vida. A veces lo consiguen, a veces fallan… pero siempre lo intentan para, al final del camino, cuando estén frente a sí mismos, puedan decir sin ambages que vivieron con plenitud.
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