El hijo

El hijo: Miedo y responsabilidad

Con todo el guirigay en torno a James Gunn y su no despido de Disney es difícil no buscar la malicia en una película que pervierte la idea del superhéroe hasta convertirla en un relato de terror, por más que dicha película ya estuviera finalizada cuando saltó la polémica de los tweets pasados del cineasta.

 

Jackson A. Dunn

 

Sin mayor relación que la coincidencia en el tiempo con la absurda cacería mediática, El hijo se nutre de los conceptos del poder y la naturaleza cuasi divina del superhéroe, para revisar, en clave de terror, el origen del hombre del mañana, y que escriben sus hermanos Brian y Mark Gunn y dirige su amigo David Yarovesky.

 

Quien más y quien menos, todo el mundo conoce el origen de Superman, cómo un bebé kriptoniano aterrizó en los campos de Kansas y fue acogido y criado por una pareja de granjeros de la zona como si fuera su propio hijo. Pero ¿qué pasaría si ante el descubrimiento de sus poderes y su naturaleza alienígena el miedo se apoderada de todos ellos?

 

La película de Yarovesky intenta responder a esta pregunta y pone de manifiesto como el miedo y la incomprensión corrompe el amor y las buenas intenciones. Desde esta perspectiva El hijo hace un planteamiento muy verosímil. Por una parte hay un niño (Jackson A. Dunn) que descubre que es diferente a todos cuantos le rodean y que su vida es una mentira, mientras que por otra hay unos padres (Elizabeth Banks y David Denman) superados, sin el temple para valorar y conducir la situación. El shock destroza a una familia que es incapaz de comunicarse y deja que el miedo se haga con el control.

 

Jackson A. Dunn

 

El terror se produce cuando las personas que ostentan la autoridad y representan el modelo de conducta renuncian a sus obligaciones, o las ejecutan de forma irresponsable. Ante eso ¿qué ejemplo puede tomar un niño? Si quienes deben protegerle huyen a la primera señal de descontrol, el mantra de «un gran poder conlleva una gran responsablidad» se hace añicos.

 

El poder corrompe, más cuando no hay quien defina los límites y uno se sienta diferente al resto, ya sea por su propia naturaleza o por cómo le hayn tratado los demás. Aspectos determinantes en la infancia. Frankenstein muestra como el miedo puede crear monstruos. Miracleman de Alan Moore o La Cpaa de Joe Hill revelan como la fragilidad puede convertir el miedo en rencor y llevar a un final sin remedio. El relato de los Gunn, no difiere mucho de estas lecturas.

 

El escudo que les supone haber concebido un título enmarcado en esa serie B sin prejuicios, ni demasiadas pretensiones, hecho casi en familia y con el ánimo de señalar la rectitud impostada de los modelos del género (no faltan los guiños y calcos de planos de El Hombre de Acero de Zack Snyder), sirve a los Gunn y Yaroversky para abordar conceptos mucho más adultos y complejos de lo que aparenta su propuesta.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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