«¿Quién te está juzgando?«

Tras una etapa en Batman que aun no ha terminado y que ha vivido un momento culminante que no ha terminado de conquistar a todo el mundo, Tom King se gana el derecho a escribir su primer gran crossover para DC y el tema que elige no queda demasiado lejos de aquellos que ya ha tratado en los primeros arcos argumentales de su colección sobre el Caballero Oscuro. En Yo Soy Gotham (publicado, como este evento, por ECC) veíamos aparecer sobre la ciudad deceíta a dos nuevos héroes, nacidos de su admiración por el alter ego de Bruce Wayne, que pronto caían en desgracia al verse atacados por Hugo Strange y el Psicopirata, que desequilibraban sus mentes, quebraban sus voluntades y terminaban con su sueño de acompañar al Mejor Detective del Mundo en sus aventuras.

Este germen de idea germina ahora con un evento en el que comenzamos desde el final (el misterioso asesinato de una serie de héroes) para tratar de averiguar qué ocurrió al principio de esta historia. Lo interesante es que estos asesinatos no se producen en el contexto de un campo de batalla ni de un callejón oscuro de la ciudad gótica, sino en el Santuario, un retiro al que se dirigen héroes y villanos cuando tratan de curar sus mentes rotas por los horrores que han contemplado en el devenir de sus aventuras (o fechorías). Este emplazamiento y la estructura narrativa que propone King son dos muy buenos puntos de partida para la historia, pero quizás lo mejor de estos tres primeros números sea constatar el hecho de que todo esto no es más que una excusa.

«Yo no digo estas cosas. No podemos decir estas cosas«

Lo que verdaderamente esconde este crossover bajo su argumento principal es un profundo estudio sobre la psicología de los héroes (y de algunos de sus enemigos). Las tensiones que afrontan al enfrentarse diariamente a la muerte, la dualidad que existe en sus vidas al mantener identidades secretas y la humanidad que tratan de negar cuando se ponen las máscaras y que vuelve a ellos en forma de traumas reprimidos y miedos mal canalizados. King pone sobre la mesa una gran verdad sobre el mundo de las capas: todos los personajes están rotos y, de cuando en cuando, necesitan ayuda para poder juntar todos los pedazos a los que ha quedado reducida su alma. No resulta extraño ver a gente como Arsenal, Booster Gold e, incluso, Harley Quinn en este centro de salud, pero sí que es mucho más interesante ver pasar por el ‘confesionario’ que presenta el guionista a los tres principales héroes de la editorial norteamericana.

Héroes en Crisis #2

Hay un misterio, sí. Y hay muertes bastante llamativas y unos personajes que van a salir muy tocados de esta historia. Pero sobre todo hay personajes desvelándonos su lado más humano. Tenemos a Bruce Wayne con el alma desgarrada por la muerte de sus pupilos, tenemos a Diana poniendo voz a todas esas veces que nos hemos negado a poner nombre a nuestros miedos por sentir que nuestros problemas son menos que los de los demás. Y tenemos a Superman dudando sobre su identidad, porque ¿quién es real? ¿El torpe y bonachón Clark Kent? ¿O el superpoderoso héroe venido de Krypton que todos conocemos? Con estos dilemas es con lo que me quedo de un evento que no busca reescribir las normas que estableció Renacimiento (gran parte de esta historia aún sigue escribiéndose a día de hoy), pero sí que trata de humanizar y poner los pies en la Tierra de los personajes que protagonizan las series de esta editorial.