«No es que sea la mejor excusa, pero funciona«

Hace años, cuando yo aún era un jovencito confuso que asistía a la universidad con la fantasía de que lo que estudiaba me daría de comer y me haría feliz el día de mañana, el diario El Mundo puso a la venta una colección de Grandes Héroes del Cómic. Un servidor, que había sobrevivido hasta ese momento de los préstamos de cómics de sus amigos y que comenzaba a tener algo de dinero ahorrado merced a esa maravilla del mundo moderno de trabajar y estudiar a la vez, decidió que era la excusa perfecta para poder leer todas aquellas historias que jamás habían entrado en casa hasta entonces. La colección terminó siendo más un folleto sobre las distintas series pasadas y presentes de las grandes editoriales americanas (y europeas) con tres números dedicados a cada héroe o grupo. La selección de las mismas, hecha un poco al tuntún, nos dejaba con algunos casos verdaderamente desconcertantes por su imposible contextualización, pero aún así daba para un primer acercamiento decente al mundo de las viñetas.

Entre todas esas historias hubo una que me llamó la atención porque definía a la perfección y con simpleza el carácter de Superman y de Batman y su relación más allá de las capas. En un dibujo que no lograba comprender en aquella época contemplé a un Lex Luthor presidente de los Estados Unidos (a todos nos pudo parecer una locura y mira ahora a Trump…) poseedor de un anillo de kriptonita y a unos Batman y Superman luchando por la Casa Blanca por la voluntad del primero de robar el artefacto y la necesidad del segundo de seguir ciegamente las reglas de su país y su planeta adoptivos. Superman, a mi entender, quedaba retratado en su papel del eterno boy-scout mientras que Batman demostraba esa máxima de que el fin justifica los medios que, con ciertos límites, ha hecho que rija su vida superheroica.

«Hay algo que estoy pasando por alto…«

Hoy, muchos años después, descubro en el segundo volumen de Grandes Autores de Batman – Greg Rucka: Nueva Gotham que esa historia pertenecía a la fantástica etapa del guionista en Detective Comics que está recopilando ECC y vuelvo a enamorarme de la manera en que el guionista contrapone a ambos personajes y del modo en que resuelve una historia sencilla y autoconclusiva que, sin embargo, tiene profundas consecuencias sobre la vida del justiciero gothamita. Porque, a la vez que ambos héroes peleaban, una historia paralela sobre la guardaespaldas de Bruce Wayne se iba desarrollando ante nuestros ojos y esto, sin el contexto que ahora este tomo nos ofrece, me dejó completamente frío en aquel entonces (de hecho había olvidado esas páginas). Y no es moco de pavo, porque Rucka introduce con Sasha el concepto de la heroína profesional: una mujer tan entregada a su trabajo que, en el momento en el que descubre el mayor secreto de su protegido, decide patrullar las calles en su compañía para poder seguir haciendo su trabajo.

Grandes Autores de Batman – Greg Rucka: Nueva Gotham vol. 2

Siendo honestos con nosotros mismos, veo bastante de fantasía y poco de verdad en esta clase de profesionalidad. Aún así, la relación entre ambos personajes tiene una química muy atractiva y el estudio de la personalidad de Bruce Wayne que se marca Rucka gracias a haber colocado a su lado a una observadora imparcial es maravilloso. Sasha es la heroína profesional y, como tal, tiene unos límites, unos horarios y unas prioridades que Batman no quiere ni puede permitirse. Este contraste hace todavía más evidente la imposibilidad de encontrar a alguien como Bruce Wayne, resalta las características que hacen de él no sólo un niño rico con juguetes caros, sino un auténtico superhéroe y, sobre todo, acentúa lo enfermizo de la cruzada del Caballero Oscuro, empeñado en luchar más allá de la ley y la razón humanas por una batalla perdida de antemano.

«No me dijiste que se sentía esto«

Hay, además, una historia en este tomo que me ha fascinado. En el Aire convierte una aparente noche rutinaria para el Caballero Oscuro en una terrorífica experiencia para una familia y en un angustioso relato para el lector, que contempla como, mientras Batman despacha a unos ladrones que huyen en coche, una pareja y su hijo se debaten entre la vida y la muerte en el interior de un coche que ha caído al lago durante la persecución del héroe. Más allá de cómo se desarrolla la historia y cómo termina por resolverse, este capítulo nos abre la puerta una vez más a todas esas veces en las que, por más que hagan los héroes, muchos casos no permiten, simplemente, que ellos y ellas lleguen a tiempo. La tensión que logra imponer en todo momento Rucka a su historia nos da una idea de la habilidad del guionista.

Grandes Autores de Batman – Greg Rucka: Nueva Gotham vol. 2

El dibujo de este tomo va saltando de artista en artista para terminar centrándose en Shawn Martinbrough durante siete de sus doce capítulos. Aún así, por suerte, el estilo es bastante uniforme a lo largo toda esta etapa, con una clarea apuesta por el tono cartoon y una apuesta por la cromatología que ya me impresionó favorablemente en el tomo anterior. Grandes Autores de Batman – Greg Rucka: Nueva Gotham vol. 2 es un álbum para disfrutar leyendo y hojeando. Y ahora que ya puedo contextualizarlo y disfrutarlo como se merece me gusta incluso más que cuando me dedicaba a pasar las horas muertas en la biblioteca de la universidad.