«Nunca he respetado mucho lo tradicional«
Ya está aquí Renacimiento. El Universo DC se renueva para no morir y apuesta por un retorno a las raíces que, bien utilizado, puede ser una de sus mejores ideas en años (aunque el NuDC también lo fue… y las malas decisiones editoriales lo han condenado). Desde la editorial se pretende que este cambio de etapa se aleje de realidades en colisión o cielos rojos para poder funcionar de una manera más orgánica. También para ir insertándose en las diferentes series de forma que éstas puedan suponer una puerta de entrada al universo creativo que edita en España ECC para nuevos lectores, pero sin sacrificar el interés de quienes ya estuvieran enganchados a las aventuras y desventuras de los personajes más icónicos del mundo del cómic.
Scott Snyder, que o bien supo ver este cambio de tendencia desde muy atrás o ha sabido adaptarse a las circunstancias con total agilidad, nos devolvió al final de su extensa etapa a un Caballero Oscuro liberado de su pasado reciente y mucho más cercano a aquel que conociéramos de antes de Flashpoint. Este ‘back to the basics‘ de Batman había sido el leit motiv de la colección de Snyder desde 2011 y la desembocadura en Renacimiento supone más un paso natural que una nueva historia para el alter ego de Bruce Wayne. Así, Tom King hereda a un personaje que conoce todo lo que ha ocurrido con el Joker, Mr. Bloom, el Tribunal de los Búhos… pero que no se ve condicionado por ello y es libre para vivir nuevas aventuras según decida su nuevo autor.
«Gotham City jamás deja de sumirse en el caos«
He mencionado a King casi de pasada y no debería hacerlo. DC no ha querido dejar a su personaje estrella en manos de un cualquiera y ha decidido decantarse por un guionista que no podía estar más en alza. Si nos fijamos en el Caballero Oscuro, Tom viene de guionizar la interesante serie de Grayson, la cual recogía al personaje despojado de la máscara al final de Maldad Eterna. Pero no es en DC donde ha dado la campanada, sino en la competencia, donde su peculiar punto de vista sobre La Visión se ha alzado como uno de los cómic más importantes y exitosos de 2016. Al frente de Batman, King se va a ver obligado a exigirse el doscientos por cien si quiere estar a la altura de la etapa que le ha precedido, pero también cuenta con una libertad pocas veces vista hasta el momento para crear a un Batman nuevo, más abierto al mundo y a sus aliados y amigos.
La historia con la que se inaugura esta etapa se trata de un cuento pequeñito y sin demasiadas consecuencias (aparentes, que aún nos falta el número de marzo por leer). Sin embargo, es también toda una declaración de intenciones por parte del actual guionista de Batman… y de su predecesor (cabe recordar que el principio de este número sirve también de prólogo para Batman All-Star, que también edita ECC en formato grapa). Ya lo hemos visto con la frase que inaugura este artículo: King piensa respetar la tradición… cuando ésta no se ponga en sus camino como guionista. Por otra parte, la aparición de Thomas Duke, Gotham y Gotham Girl y el nuevo enfoque con el trabaja Bats nos revela un protagonista mucho menos hermético de lo que nos venía vendiendo hasta ahora Snyder. Más allá del clásico sidekick, King aboga por el trabajo en equipo de Batman con aliados a su altura y esto puede resultar de lo más interesante.
«Creí que podrías salvar la ciudad como yo nunca pude«
Ahora bien, para no respetar la tradición, bien que ha caído King en la tentación de titular a su primer arco Yo Soy Gotham, una referencia clara y brillante al primer y al último capítulos de la etapa que se acaba de cerrar. Es, quizás, su manera de decir: «Todo lo que es ahora mismo Batman te lo debo a ti Scott«. Esta primera historia habla largo y tendido de la inspiración que generan en nosotros los héroes y del momento en el que su manto cae sobre nuestras manos, obligándonos a dar la cara y a tratar de emular a los ejemplos de vida que hemos tenido siempre frente a nosotros. Es su concesión a Renacimiento, una etapa que busca, de manera confesa, rendir tributo al acompañante que decide desplegar las alas. Es por ello que Duke ya no es otro Robin más. Es por ello que los objetivos de este primer arco son dos jóvenes fans del Caballero Oscuro.
Acompaña a King en el dibujo nada menos que David Finch, demostrando hasta qué punto apuesta DC por esta nueva etapa. Con él, Batman da un giro hacia el realismo sin llegar a salir del todo de los escenarios nocturnos y oscuros que tanto cultivaron Snyder como Greg Capullo. Finch, a quien ya hemos visto antes cerca del universo del Hombre Murciélago, se adapta bien al tipo de historia que nos quiere trasladar el autor y se distancia de su predecesor con ilustraciones en las que los detalles abundan en el diseño de los personajes para pasar a desdibujarse un tanto con su entorno. En fin, toca cambio de guardia en la casa del murciélago y habremos de acostumbrarnos a los pequeños cambios y detalles que eso lleva asociados.
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