ECC Ediciones, en su afán por traernos todo el material publicado por el mangaka Junji Ito, nos sorprende gratamente con El muerto enfermo de amor, un relato autoconclusivo del maestro del terror nipón que se mete en terrenos más cotidianos, alejado del componente sci-fi de obras como Hellstar Remina, o del metafísico de Black Paradox. Junji Ito demuestra moverse como pez en el agua en el género. Y siendo fiel a sus constantes, sabe qué tecla pulsar en cada una de sus obras para escapar del agotamiento y de la tentación de repetir fórmulas.
ECC edita El muerto enfermo de amor por 9.95€, en un pequeño tomo en rústica con sobrecubiertas de 248 páginas, respetando el mismo formato que el de otras obras del autor editadas por la empresa, lo que da un aliciente más a los completistas del trabajo del mangaka.
En esta ocasión nos adentramos con él en una pequeña localidad en la que se ha vuelto habitual que los jóvenes pidan predicciones en la calle a la primera persona con la que se crucen. Esta moda coincide con llegada al lugar de un adolescente después de pasar varios años fuera… y de un misterioso chico que se dedica a dar predicciones de un total pesimismo. A partir de aquí, como decíamos, Junij Ito teje su terrorífico argumento centrado en la exploración de los temores cotidianos y las leyendas urbanas, de apariciones fantasmales como advertencia de fatales y prematuros destinos (el ejemplo más conocido podría ser el de la chica de la curva). Ito no se limita, sin embargo, a copiar esquemas y relatos tradicionales, sino que se apropia de dichas premisas para construir su pesadilla. Ahí su gran acierto.
Sin duda es una de las obras más interesantes con las que adentrarse en su peculiar imaginario, pues tiene todos los elementos que lo hacen reconocibles, desde ese trazo sobrio que poco a poco se va desatando según se agranda el cariz pesadillesco del relato, a unos personajes en la mejor tradición polanskiana, víctimas de sus propias obsesiones y delirios que les empujan precisamente a los lugares de los que quieren huir de forma desesperada. Quizás se le pueda reprochar un cierto acomodo en su zona de confort, pero al menos conoce cuáles son sus puntos fuertes y en qué códigos se maneja mejor, y los explota sin reparos.
El muerto enfermo de amor, pues, es una acertada lectura para fans del mangaka nipón y para aquellos que sientan curiosidad por él pero que no se atrevan a enfrentarse a tomos más desquiciados y exagerados.
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