Colder

Tres cómics para sobrevivir la noche de Halloween

Este año queremos recuperar nuestra antigua «tradición» de recomendar tres lecturas para la noche de Halloween. Superado el susto de la anterior lista que os presentamos en 2015 (a alguno le costó más de la cuenta recuperarse del shock), volvemos a la carga con unas propuestas que a buen seguro no os dejarán indiferentes y que tienen un punto en común: la locura.

 

Colder, de Paul Tobin y Juan Ferreyra

En nuestra primera parada para la noche de Halloween nos detenemos en Boston, donde Paul Tobin y Juan Ferreyra ambientan su historia. Publicada originalmente por Dark Horse (en España Medusa Cómics acaba de editar una completa recopilación del cómic), Colder nos presenta a Declan Thomas, un hombre atormentado por la locura que debe hacer frente a unos demonios que resultan no estar solo en su cabeza.

 

Colder

 

Paul Tobin es un tipo listo y acude a lo desconocido como elemento clave del terror (lo que da manga ancha para que Juan Ferreyra juegue con sus creaciones). El miedo aquí surge de la emoción, de lo irracional. Colder juega con las percepciones, con la subjetividad de quién observa la realidad. La línea que separa los mundos de la cordura y la locura es muy débil, y los protagonistas se ven obligados, una y otra vez, a ir de uno a otro, por más que el peligro se acreciente cada vez que lo hacen.

Colder se mueve en unos tonos y atmósferas muy deudores de Stephen King (y de su hijo, Joe Hill), así como de la imaginería de mundos tan dispares entre sí como Bitelchús, Silent Hill o Pesadilla en Elm Street. Lo cotidiano se entremezcla con lo pesadillesco y paranormal, hasta tal punto que protagonistas y lectores dudan de si están en el mundo real o -en el peor de los escenarios- de si serán capaces de volver a él. El mal presentado por Tobin y Ferreyra ataca indistintamente (e indiscriminadamente) al cuerpo y a la mente.

 

Las caprichosas maldiciones de Sôichi, de Junji Ito

La segunda escala de este «terrorífico» viaje nos lleva hasta el lejano Japón para adentrarnos en la mente de uno de los autores más prolíficos del género: Junji Ito. Las caprichosas maldiciones de Sôichi ha sido recogida en nuestro país por ECC Ediciones en dos volúmenes, siguiendo la estética del resto de obras del autor publicadas por la editorial a fin de mantener la uniformidad de nuestra colección.

 

Las caprichosas maldiciones de Sôichi

 

El título resulta bastante ilustrativo en cuanto a lo que nos vamos a encontrar en la obra. Un malvado niño haciendo trastadas a todos cuanto le rodean. ¿Cuántos hijos no vuelven locos a sus padres? Pues eso. Nos encontramos, pues, ante un Junji Ito menos aterrador, pero igual de perverso. Imaginad a Junior, el protagonista de Este chico es un demonio, y llevadle al extremo, quitándole todos los filtros. Ese es Sôichi.

Tanto narrativa como formalmente las constantes de Ito siguen estando ahí. Desde la estructura de relatos autoconclusivos sin más conexión que la temática y su protagonista, a plantar el terror y lo macabro en las situaciones cotidianas. Todo potenciado por un dibujo que no se corta en detalles. Con una fuerte dosis de humor negro, Ito hace su discurso más accesible, limita la carga alegórica de relatos como Hellstar Remina, y se deja llevar por el juego, llevando el género a su dimensión más lúdica.

 

Goya. Lo sublime terrible, de El Torres y Fran Galán

Para terminar, volvemos a casa -aunque retrocediendo unos siglos- para conocer a Francisco de Goya, o al menos al imaginado por los andaluces El Torres y Fran Galán. Publicada por Dibbuks, Goya. Lo sublime terrible narra la lucha del pintor contra sus monstruos. Como podéis imaginar, no solo en sentido figurado.

 

Teniendo arriba la referencia de Colder, es fácil encontrar similitudes, pero estas acaban en la superficie. El terror ocupa aquí un espacio más introspectivo, sirviendo también de vehículo para que los autores puedan hablar acerca de la relación del artista con su obra, la lucha interna del creador y del concepto de la creación artística. Para concretar todo esto, ninguna figura como la de Goya, que además de protagonista sirve como fuente de inspiración para la obra (gracias, por ejemplo a sus pinturas negras), que señalan cuál debe ser la ambientación del cómic.

Pero lo mejor, para descubrir más acerca de Goya. Lo sublime terrible, es dejar hablar a su guionista, que nos da algunas de las claves del libro en esta entrevista.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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