ECC apuesta por un vistoso formato rústica en A5 con sobrecubiertas para presentarnos una peculiar antología de autores nipones que hace las delicias de los fans del terror.
A diferencia de otros recopilatorios presentados por la editorial como los Relatos terroríficos de Junji Ito, o los reseñados en la revista Fetus Collection de Shintaro Kago o Infierno embotellado de Shuehiro Maruo, Ángulo muerto no se centra en un solo autor, sino que recoge relatos de siete autores para ofrecer una visión amplia de las diferentes variantes que podemos encontrar en el género.
Ángulo muerto nos permite comprobar la fuerte personalidad que tiene el terror en Japón, partiendo siempre de su particular naturaleza, dada tanto a la creación de atmósferas opresivas como a jugar con el desconcierto del lector. Capaz tanto de asentarse en las escenas más cotidianas, como hacerlo en un contexto de folclore e iconografía histórica.
Estas son las nueve historias que ofrece la obra de ECC:
Blancanieves, de Junji Ito
Un cuento que finaliza en el prólogo, de Yōsuke Takahashi
Medicina espiritual, de Kanako Inuki
El ratón de biblioteca, de Amagappa Shoujogun
Una leyenda del circo, de Hideshi Hino
Un libro de ilustraciones repulsivas, de Michiru Noroi
Mujeres en la oscuridad, de Kanako Inuki
El pájaro enjaulado, de Not Osada
He empezado El tejón, de Yōsuke Takahashi
Como en toda antología, hay relatos mejores y peores (dependiendo del interés y criterio de cada cuál), con estilos y tonos muy variados (que van desde lo caricaturesco a lo sobrio y estilizado) y en la que encontramos tanto autores ya consagrados y conocidos por el gran público, que sirven de reclamo publicitario, como autores desconocidos por estos lares.
Los relatos más largos son los de Hidhesi Hino y Mujeres en la oscuridad de Kanako Inuki, pero aún así apenas exceden la treintena de páginas. Esto facilita el impacto de las historias en el lector, precisan de poco espacio para presentar las situaciones y generar el golpe de efecto deseado en cada caso, haciendo que la experiencia sea fluida y dinámica, que se pueda realizar la lectura de una tacada.
Como no es cuestión de reseñar los nueve relatos y estropear la lectura a nadie, vamos a señalar simplemente los que -a nuestro parecer- son los más destacados y dar un par de apuntes de cada uno.
Empezamos por la Blancanieves de Junji Ito, que reinterpreta el cuento clásico bajo su personal mirada. Respeta el escenario medieval que todos conocemos, pero el relato gira en torno a las obsesiones trágicas (y castigadas) propias del autor.
Amagappa Shoujogun se apoya en la «seguridad» que proporciona el entorno cotidiano en los personajes para potenciar el efecto del terror cuando se produce la ruptura de la falsa realidad que nos salvaguarda. En este sendito El ratón de biblioteca va muy en la línea del trabajo de Masaaki Nakayamay, visualmente, muestra el trazo más espectacular (a ojos de quien os escribe estas líneas).
Y cerramos con Not Osada y El pájaro enjaulado, un romance trágico, que tiene más en común con el gótico que con el terror, pero su atmósfera cargada y sombría hace que muchos lo confundan y no siempre valoren cómo lo que es (que se lo digan a Guillermo del Toro y su Cumbre Escarlata).
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