ECC recopila en un único tomo los seis números que han servido para contar La Muerte de Hawkman, un relato galáctico que nos sirve de prólogo para Noches Oscuras: Metal, el evento de 2018 en la editorial responsable de traernos lo mejor y lo más granado de DC Cómics a España y América Latina. Marc Andreyko, escritor norteamericano conocido por su colaboración con Brian Michael Bendis en Torso (1998/99) y su larga etapa en Manhunter (2004/09), es el responsable de tratar con uno de los portadores de los metales que van a centrar la atención de los héroes a lo largo del crossover.
Hawkman (al menos su versión clásica) ha sido siempre uno de esos personajes que considero arquetípicos del mundo de los cómics (¿qué puede ser más representativo del cómic norteamericano que un héroe que muere y vuelve a la vida una y otra vez?). Sin embargo, es también uno cuya lectura siempre me ha resultado más incómoda. Porque Katar es un hombre del pasado, de la guerra y los instintos a flor de piel. Una suerte de Conan el Bárbaro con alas y bastante peor talante. Un tipo que sólo sabe vivir a través de la violencia. Un personaje que difícilmente puede ser entendido por una sociedad como la actual que cada vez va dejando más atrás este tipo de roles.
«¿Están todos muertos?«
A su lado, DC planta a Adam Strange, habitual aliado del thanagariano y un carácter al que le tengo bastante perdida la pista, la verdad. Creado en 1958, Strange lleva décadas sin gozar de una serie propia más allá de algunas miniseries de tres números, pero es, a la vez, un indiscutible en casi todos los crossovers de la editorial al ser uno de los representantes de la parte galáctica de los cómics y mantener la curiosa relación que le une al héroe que da título a esta colección. Es, de hecho, Adam el verdadero protagonista y narrador de este especial. Andreyko nos presenta al humano atrapado en la Tierra a la espera de que lo vuelvan a llamar desde Rann para poder ver a su esposa. Sin embargo algo ocurre y, para cuando puede regresar al planeta se encuentra con que unos fanáticos thanagarianos han atacado a su esposa y asesinado a su suegro. Esto le llevará a contactar con su antiguo amigo para investigar qué hay detrás de estos ataques.
La conexión con lo que está por venir nos llega a través de las venas de Hawkman. La actual encarnación del personaje lleva un raro metal corriendo en su sangre (el Nth) que le confiere una serie de poderes, entre ellos el de la regeneración de cualquier clase de herida que reciba en combate (muy conveniente dado su carácter). Recientemente sus poderes han comenzado a fallar y la respuesta a este hecho la podemos encontrar en las páginas de este cómic, sí, pero la naturaleza de estos poderes rápidamente nos llevan a pensar en otro metal líquido recientemente descubierto (para alivio de Bruce Wayne) en las catacumbas bajo la ciudad de Gotham: el Dionesium.
«Nos vemos en la siguiente vida«
Lo bueno de este cómic es que, si obvias un poco los escasos conocimientos que puedes tener acerca de sus personajes, se deja leer de manera independiente sin ningún problema. La Muerte de Hawkman es una aventura espacial en la que dos amigos se embarcan mientras tratan de resolver un misterio que amenaza con ser la pieza clave en una guerra sin cuartel entre dos rezas enfrentadas desde los albores del tiempo.
Lo malo es que Andreyko da saltos temporales constantes, sin orden y sin apenas avisar. En algún momento estamos leyendo a la vez el final y el principio de la historia aderezando la mezcla con algunas escenas de la mitad de la trama. Estos momentos son enormemente confusos y enmarañan una trama que, por otra parte, es de lo más simple. Quitando este bache, La Muerte de Hawkman deja el camino allanado para que Noches Oscuras: Metal desarrolle lo más potente de la trama y siga, al mismo tiempo, trabajando en la regeneración que DC le ha impuesto con sabiduría a esta etapa de Renacimiento.
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