Noches Oscuras: Metal #7

Noches Oscuras. Metal #5-7: Cual ave fénix

Noches Oscuras: Metal #5«¡Antimúsica para traer aquí a las hordas de la oscuridad!«

 

Hablaba en mi anterior artículo del ritmo endiablado que estaba teniendo Noches Oscuras: Metal. Tan rápido ha ido todo que apenas sin darnos cuenta ya ha terminado todo (vale, ha durado ocho meses, pero ya me entendéis, se han leído las grapas de ECC en otros tantos ocho instantes). Comenzamos esta última terna en el momento más oscuro (ese tan clásico de los crossovers bien orquestados) previo a la revancha de los héroes y a la gran batalla final por el destino de muestro universo frente al Multiverso Oscuro de Barbatos y compañía.

 

Escribo estas líneas y pienso que, desde que en La Noche Americana comenzamos a darle caña a los cómics, allá por 2011 (no ha llovido ni nada), han pasado por mis manos decenas de crossovers con distintos planteamientos y diferentes maneras de resolverse, pero con una estructura casi idéntica (coronada por lo que explico apenas unas líneas más arriba) que hace que, a grandes rasgos, sepamos cómo van a acabar las cosas antes de que llegue a nuestras manos el último número de cada cruce de superhéroes. Entonces, ¿por qué seguir enganchado a estos eventos editoriales?

 

«… es hora de salvar el mundo«

 

Para mí al menos, la respuesta es sencilla. Uno no lee el Noches Oscuras: Metal de Scott Snyder y Greg Capullo para enterarse de cómo quedará el universo DC tras un evento tan traumático del mismo modo que no se ha de leer el Secret Wars de Jonathan Hickman para tratar de vislumbrar antes que nadie la Marvel que vendría después. No. Uno lee estos cruces de historias, vidas y aventuras por el mero placer de sumergirse en la aventura. De hecho, cuando los crossovers han tenido únicamente el objetivo de llegar a un nuevo statu quo (¿hace falta recordar las penosas Convergencia o Axis?) su calidad se ha visto gravemente afectada. El establecimiento de unas nuevas reglas para el juego debería ser una consecuencia y no un fin en sí mismo. En Noches Oscuras: Metal prima la historia y ésta (claro está) influye en el mundo que viene después, pero no depende de ese resultado y por eso precisamente es tremendamente atractiva.

 

Noches Oscuras: Metal #6

Noches Oscuras: Metal #6

 

Noches Oscuras: Metal nos plantea una historia que hunde sus raíces en la mismísima mitología que sustenta al universo DC. Por eso tenemos la ocasión de contemplar al Sueño que creó Neil Gaiman cuando abandonó definitivamente la serie años atrás y por eso hemos visto en los meses pasados muestras del retorno de los Watchmen (una trama que, por cierto, volverá con fuerza a finales de este mismo año o comienzos del que viene). El resultado es una aventura apasionante en la que cada héroe (grande o pequeño) tiene su ocasión para brillar y en la que se mantienen vivos los fundamentos de la etapa que está cerrando al recuperar a figuras tan icónicas de la editorial como pueden serlo Plastic Man o el Hawkman de toda la vida (al que el mismísimo Jeff Lemire dedica un one-shot que ECC incluye en el quinto número de la serie).

 

«Todas las noches sueño que soy un ave«

 

Es, además, una saga que glorifica el magnífico trabajo de Snyder y Capullo antes, durante y después de Renacimiento. Esta pareja sostuvo a DC en su propia Noche Oscura gracias a una de las etapas más espectaculares del Caballero Oscuro y ahora escribe una historia que sirve para pasar página y mirar con esperanza a un futuro en el que la editorial cuenta con argumentos e incorporaciones suficientes como para volver a brillar con luz propia, con independencia de lo que pase con su vertiente cinematográfica, tan ligada a las directrices locas de Warner Bros.

 

Noches Oscuras: Metal #7

Noches Oscuras: Metal #7

 

Cierra la colección un momento de felicidad que sigue guionizando Snyder, sí, pero que dibuja un siempre genial Mikel Janín, como simbolizando el cambio de testigo que ya se escenificó hace meses en la cabecera de Batman. Os contaba al escribir la reseña de Batman #19-21 que DC abandona la etapa de Renacimiento y eso significa dejar atrás la cabecera azulada que ha precedido a todos los cómics durante más de un año y adentrarse en un territorio desconocido en el que los héroes deceítas vuelven al Multiverso con las infinitas posibilidades que eso significa… para bien o para mal. Sin embargo, al menos para mí, será un verdadero placer estar presente para contemplar cómo se desarrolla todo.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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