Wonder Woman

Wonder Woman #11-14 (#25-28): Un lío de dioses

Wonder WomanY tan pronto como llegó, se marchó. El retorno de Cisne Plateado a las páginas de Wonder Woman queda visto para sentencia en las páginas de Wonder Woman #11 en un capítulo que bien podría haber sido incluido por ECC Ediciones en el tomo anterior a fin de reunir el arco argumental en un mismo volumen. Pero como sabemos, esa no es la política de la editorial respecto a sus colecciones en rústica.

 

Sea como fuere, concluida sin pena ni gloria la participación de Vanessa Kapatelis Diana se embarca en una aventura en cuatro partes titulada Ataque a las amazonas que disfrutamos en los tomos #11-12 de la colección. En esta, James Robinson sigue explorando la relación fraternal entre la campeona de Themyscira y su hermano Jason, al tiempo que devuelve al primer plano de acción a Darkseid, quien en los últimos números había permanecido en una posición más discreta esperando su momento. Y este momento llega en estas páginas, que recogen lo sembrado entre los tomos #8-10 de la serie.

 

Darkseid y sus acólitos habían estado dando caza a Zeus y su progenie con un motivo que se desvela en este explícito arco llamado Ataque a las amazonas. Como siempre, si Diana no puede o no sabe como llegar a Themyscira, la mítica isla encontrará la manera de dar con ella. Con Steve Trevor manteniendo un rol todavía importante, la acción pivota en torno a los dos hermanos. Ella tiene cuentas pendientes con el líder de Apokolips y él está descubriendo cómo emplear sus habilidades recién adquiridas.

 

Pronto, sin embargo, la historia se revela como un preámbulo para lo que está por venir: Los Dioses Oscuros. Con este rimbombante nombre, James Robinson cierra tanto el capítulo correspondiente a Jason en la vida de Wonder Woman como su etapa en la colección. Este arco, que se extiende a lo largo de los volúmenes #12-13 apuesta nuevamente por las conexiones entre la serie con el evento Noches Oscuras. Si ya Robinson tiró de la situación en la que quedaba Darkseid tras aquella historia para poner en jaque a la amazona, ahora acude a todo un panteón de deidades surgidas del tenebroso multiverso.

 

Es en este último arco en el que James Robinson pone toda la carne en el asador. El autor logra crear una amenaza a la altura de la heroína y teje background alrededor de dicha amenaza que atrapa el interés del lector desde el primer momento. Para ello no duda en acudir tanto al panteón griego como a dioses como Urzkartaga o incluso fuerzas como las Zafiros Estelares. Robinson toma bien el pulso a ese carácter diferencial de Wonder Woman que le permite transitar entre terrenos más superheroicos y otros de un cariz mitológico o mágico con absoluta naturalidad. Quizás el guionista no termina de aprovechar todas las piezas que pone sobre el tablero, y algunas están más por capricho o reclamo publicitario, pero no es menos cierto que en esta despedida siembra unas cuantas ideas de enorme potencial para quien quiera regalas en un futuro.

 

Wonder Woman

 

Con el cambio de guionista en Wonder Woman #14 (toma el testigo Steve Orlando, a quien hemos leído no hace mucho en Supergirl), nos olvidamos ya de los dioses griegos, nuevos u oscuros, pero no abandonamos el entorno divino. Y es que en su primera gran aventura (antes nos presenta un pequeño relato en el que Diana hace gala de su férreo compromiso con la verdad y su fe en la redención) Orlando apuesta por una trama que nos descubre la mitología mesoamericana (América Central y México) a través de Tezcatlipoca o Quetzalcóatl.

 

El guionista hace el mismo ejercicio que con otros panteones para adaptarlos al cosmos deceíta, y presenta a unas deidades enfrentadas entre sí, con sus campeones y todo, emparentando su destino con el de la tradición de las amazonas para que todo quede en casa y no complicar las cosas en exceso (aunque sin demasiado éxito). Esta coyuntura es aprovechada para ceder algo de protagonismo a Artemisa y las amazonas de Bana-Mighdall, en un par de relatos que sirven a Diana para afianzar alianzas, tan necesarias para ella en una situación (surgida a partir de Renacimiento) en la que tiene vetado el acceso a Themyscira.

 

De todas formas, parece improbable que lo escrito por Steve Orlando en este último tomo tenga continuidad, pues a partir de Wonder Woman #15 G. Willow Wilson toma las riendas de la colección. Así pues, a la espera de lo que nos deparen las aventuras guionizadas por la escritora estadounidense y (no olvidemos) la estancia de Diana en las filas de Liga de la Justicia Oscura (con cuya serie unirá sus destinos en La Hora Bruja), de momento nos hemos encontrado con un puñado de entretenidas historias que se han esforzado en ampliar las fronteras mitológicas del mundo de Wonder Woman, lo que siempre es de agradecer, pues además de crear nuevos escenarios para la heroína, fortalece los ya existentes dándoles una nueva vida.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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