Hal Jordan y los Green Lantern Corps. #18

Liga de la Justicia. Renacimiento #16-18: Una de cal y otra de arena

Liga de la Justicia: Renacimiento #16«Son nuestros padres. Tenemos que salvarlos«

 

Tengo una sensación agridulce al terminar de leer los tres cómics que nos ocupan hoy. Por un lado, la saga de Legado me ha encantado: es divertida, entrañable y épica cuando hace falta. Por el otro, Murciélagos del Infierno (que, recordemos, se inició en Flash: Renacimiento #17), pese a haberme convencido, es presa de una serie de decisiones editoriales que no termino de comprender. ECC tiene en sus manos un evento deceíta realmente apasionante y, por lo general, está haciendo un gran trabajo a la hora de traernos absolutamente todo lo que en Estados Unidos se está publicando al respecto. Sin embargo, con esta saga, ha complicado quizás demasiado que un lector medio pueda seguirla de manera normal y lógica sin caer en el vicio de comprar números sueltos de otras series que no sigue.

 

Veamos. La acción de este tie-in comienza en Flash, se sigue en Liga de la Justicia #18 y termina en Hal Jordan y los Green Lantern Corps. #73/18, es decir, un cómic de marzo de este año y dos de abril de tres colecciones distintas. Lo verdaderamente llamativo llega cuando nos dirigimos al material original y vemos que sí, el cruce de series comienza en la de Barry Allen. Que también, se continúa en la Liga de la Justicia, pero ahí comienzan las diferencias. En la versión estadounidense hay un tercer capítulo de la historia que se desarrolla en la serie de Hal Jordan y un cuarto y último capítulo de nuevo en la Liga. Lo que nos encontramos en España es la paradoja de que la parte de Green Lantern se publica en Liga de la Justicia #18 mientras que el cierre se ve desplazado a la colección del guerrero espacial esmeralda. Un sinsentido que podría haberse evitado publicando estos tres capítulos bajo el paraguas de la serie que guioniza Bryan Hitch o, como ya ocurrió con La Resistencia de Gotham, haber sacado estos cuatro números para vendernos un tomito por separado.

 

«Nuestro Batman es más listo. No has hecho más que cabrearme«

 

También es verdad que el cruce de las series gothamitas y este otro son dos casos muy distintos. Mientras que la primera se trata de una aventura simple y llana que tiene por circunstancia el ocurrir ambientada en Noches Oscuras: Metal, esta otra es una trama que afecta directamente al devenir de la historia principal. Da la impresión de que la editorial española no ha querido que eventos tan importantes caigan en el olvido la publicarse fuera de las series más importantes del momento (aunque entonces, ¿por qué no meterlo todo en dos números de Liga de la Justicia?). En cualquier caso, más allá de diatribas sobre si se debió publicar de tal o cual manera, nos encontramos frente a una historia muy interesante que trae a la luz una verdad interesante y arroja algo de luz sobre la oscura situación actual de los héroes. Os acerquéis como os acerquéis a ella, es una trama que deberíais leer si estáis siguiendo activamente el evento de DC.

 

Hal Jordan y los Green Lantern Corps. #18

Hal Jordan y los Green Lantern Corps. #18

 

Legado, como decía al principio de este artículo, está fuera de toda polémica y me resulta refrescante por su huida del consecuencialismo de la continuidad. Padres e hijos superheroicos conviven bajo la tranquilidad que da el no saber cuál es el grado de certeza de que el futuro vaya a cumplirse, pero con el cariño de saber que (en algún momento y en alguna realidad) un lazo inquebrantable les va a unir. Con todo esto en mente Hitch crea una aventura muy entretenida en la que se nos plantean personajes muy interesantes que no parece que se vayan a quedar en barbecho por siempre. Por otra parte, la Liga de la Justicia del futuro tiene algo de ese aroma que desprendían los Jóvenes Vengadores que siempre me encantó. Puede que DC ya tenga a Titanes y Jóvenes Titanes, pero aquí tenemos a un equipo que podría hacer mucho más que ruido.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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