«En su momento tenía sentido, ¿vale?«
¡Vaya locura está resultando la etapa de Ram V y Al Ewing al frente de Veneno! Cambios de escenario, viajes astrales, avances y retrocesos en la corriente temporal… Cada vez resulta más complicado seguir una trama que busca hacer evolucionar a sus protagonistas a cualquier coste y que, aunque yo creo que lo está consiguiendo, también puede estar volviendo loco a más de un lector. Tal y como ocurriera con el último par de meses, Veneno #12 (#60) sigue con la trama de Dylan Brock que leíamos el mes anterior, mientras que el siguiente número de la colección de Panini está dedicado a la mitad de la serie escrita por Ewing y que, al parecer, se deja levar a un nuevo cruce entre series (en esta ocasión les toca el turno a Spider-Man, Ms. Marvel y la Patrulla-X) bajo el poco comercial título de Girando en la Red Oscura.
Volviendo con Dylan, el número que nos ocupa hoy se centra en su crecimiento personal (y en su conexión con los simbiontes) a la par que el Durmiente se saca la p***a y les demuestra a los captores de Dylan que es mucho más que un gatito simbionte. Todo esto va dirigido a traer de vuelta directamente desde la etapa de Donny Cates a un personaje (bueno, más o menos) que, aparte de romper con lo que pudimos ver en la imagen final del Veneno #9 (#57) de hace unos meses, sirve para ‘independizar’ a Dylan de su padre definitivamente y otorgarle su propio alter-ego con el que sobrevivir a todo lo que ocurra en esta etapa. Me queda más que claro que el objetivo de Ewing y V es lograr que Eddie y Dylan puedan estar en la misma habitación como dos héroes por derecho propio, con sus propios poderes e historia. Veneno #12 (#60) avanza justo en esa dirección.
«¡El tiempo se retuerce en este reino!«
Algo más frío me deja Veneno #13 (#61). Justo por eso de que, después de darse un garbeo espacial con Thor, a Veneno le toque pagar peaje con Spidey, la Patrulla-X y Ms. Marvel. Poco puede avanzar la parte de la historia de Ewing si continuamente le tenemos que ver de juerga con otros personajes y autores, por más que el tiempo esté teniendo que ver cada vez menos con este personaje. La cosa es que el número no comienza mal, con una conversación entre Eddie y otro de sus yoes en la cárcel simbionte en la que Meridius le retiene. De aquí el pobre de Eddie sale con dos aprendizajes: que Dylan aún vive y que su prisión no es exactamente tal, así que nuestro protagonista tiene cierta libertad de movimientos espacio-temporales más allá del conocimiento de su yo del final de los tiempos.
La cosa es que ahora toca cruzarse con Medelyne Pryor (qué poco ha tardado el clon de Jean Grey en ponerse el disfraz de mala malísima en el Limbo después de la cesión de éste por parte de Magik), pero sin que ninguna de las series de Destino de X se vean afectadas por esta historia de lanzarredes. ¿Será posible leer el siguiente número de Veneno sin pasar antes por la colección de Spider-Man? En un mes saldremos de dudas.
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