«No te preocupes campeón. Maddie y yo vamos a devolverte a los ajustes de fábrica«
Aunque fuera sólo por una vez, quise hacer el experimento de leer un evento sin pagar el peaje de comerme las series que no esté leyendo en ese momento. Lo sé, es suicida y es estúpido, pero así soy yo y por eso me queréis (me gusta engañarme pensando así). La cosa es que yo estoy encantado con la serie que se están marcando Al Ewing y Ram V y meterme ahora en una historia aparte con el resto de lanzarredes involucrados… pues como que me daba entre bastante y muchísima pereza. Máxime cuando el bueno de Eddie ya ha tenido el detalle de pasarse por la repentinamente renqueante serie de Thor de Donny Cates (¿alguien me puede decir qué le ocurre a este muchacho?) al tiempo que trata de no dejar a medias todo lo que nos quiere y tiene que contar.
Pues dicho y hecho. Lo cierto es que caigo sobre este Veneno #14 (#62) un tanto perdido (sabía lo de Madelyne Pryor, pero no lo del pobre Ben Reilly), pero Ewing ya tiene muchas tablas y hace que rápidamente me ponga al día (más o menos) y que logre ‘disfrutar’ de este número sin tener demasiada sensación de estar leyendo un refrito entre varias colecciones. Veneno vuelve a ser el personaje que conocimos hace más de tres décadas, la Reina Duende le lanza a la Casa Árbol de la Patrulla-X (en la que sigue estando solito el pobre de Sincro, no sé si antes o después de lo que vimos hace poco en Patrulla-X #17 (#139): Destino de X) mientras que utiliza a una tal Hallows’ Eve (un vistazo rápido por internet me dice que es la novia del desgraciado de Ben, seguro que Daniel Lobato os puede ilustrar mejor que yo) para hacerse con una copia reducida de Cerebro que la Patrulla-X utilizaba para calzar una mesa o algo así, porque la seguridad con la que la guarda es mínima.
«Tú y tu amante me habéis prestado un gran servicio«
Y más o menos eso es lo que pasa en un número que os podríais saltar completamente de no ser porque Ewing es quien es y las últimas páginas de esta entrega nos ponen la miel en los labios de una confrontación que para nada nos esperábamos y que rezo para que sea la continuación directa del cómic de este mes. Está claro que uno no puede confiarse cuando este guionista anda cerca y, aunque haya tenido que pasar por la pesadez de meterse en un cruce entre series más, el guionista no desperdicia la oportunidad para lanzar a Eddie a una de sus diversas y recién reconocidas variantes mientras que por el retrovisor llega un invitado al que nos quedamos con ganas de saludar desde hace un par de entregas.
Igual la lectura de Red Oscura es lo mejor que os haya podido pasar en la vida, pero lo cierto es que a mí no me ha llamado nada y me alegraré cuando se aleje de la serie que estaba leyendo en primer lugar. Me da la impresión de que, en muchas ocasiones, Marvel trata de levantar colecciones pluriempleando a algunos de sus guionistas o haciendo que se crucen con otras que sí están funcionando y me da en la nariz también que la mayor parte de esas veces, ambas series salen perjudicadas. Sinceramente, me gustaría que la Casa de las Ideas dejase a Ewing y V contar su historia sin más tonterías destinadas a que la editorial norteamericana (o Panini en España) venda un par de grapas más en una época en la que cuesta tanto disponer del efectivo suficiente.
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