«Todo lo que hay está para que lo disfrute«

Siempre lo digo y está bien que lo repita de cuando en cuando: ¡qué bien sienta salir de cuando en cuando del mundo de las capas y los antifaces! Y si uno sale de ese mundo para encontrarse con una historia del gran bardo de nuestro tiempo que es Neil Gaiman, pues mejor que mejor. El autor (¡del que hace casi un año que no reseño nada!) tiene una capacidad mágica para salirse de la realidad cotidiana y plantarnos en historias repletas de momentos evocadores, místicos y hermosos, pero con un leve toque siempre de oscuridad que es firma de la casa y que hace que sus historias sean tan fácilmente reconocibles pese a la multitud de temas y universos que tocan.

En esta ocasión llega a nuestras manos un breve relato de apenas una veintena de páginas en el que Gaiman regresa a su personaje fetiche (Sueño) y lo lleva de vuelta al origen de todos los tiempos, cuando las galaxias, las realidades y la magia y la física que las mantiene unidas no eran más que una ilusión que aún debía cumplirse. Una intención en la cabeza de los Eternos. Y lo hace en compañía del español Miguelanxo Prado (Trazo de Tiza), un artista que se revela como la compañía perfecta para la manera que tiene el guionista inglés de contar historias. El dibujo de Prado contiene aquí gran parte de esa magia que pretende imbuirle Gaiman a sus personajes, unida esta vez a la sensación de nuevo, de cosas que aún están por ser.

«Dicen que la muerte es más amable que él«

El Corazón de una Estrella nos habla del parlamento entre estrellas, realidades y los Eternos en el que se han de decidir los límites de poder entre unas y otros. Allí viajan Sueño y Killalla, una mortal de Oa (sí, el planeta central de los Green Lantern) que se acaba de convertir en su primera amante tras conocerle -cómo no- en un sueño. Es ésta una historia que pretende despejar algunas de las incógnitas en torno a la relación entre los distintos hermanos de los Eternos y en la que, sorprendentemente, Gaiman se permite la licencia de soltar perlas acerca del origen de conceptos del universo DC como el de los antes mencionados Green Lanterns o, incluso, de los condenados kriptonianos. Casi parece este volumen una versión a lo Gaiman del libro del Génesis. Sólo que, en lugar de que Dios crease el Cielo y la Tierra, son los conceptos primordiales del universo y sus estrellas quienes toman la decisión de que la existencia tenga lugar.

Sandman: El Corazón de una Estrella

ECC acompaña a esta historia de una extensísima galería de extras (algunos de ellos exclusivos de esta edición española) entre los que encontramos el guión con todas las anotaciones y comentarios del guionista al dibujante (esclarecedores y muy interesantes), ilustraciones inéditas y bocetos previos de cada una de las páginas de esta historia tan interesante que apareció por vez primera en Sandman: Noches Eternas, un proyecto de 2003 que llegó a alzarse con un Premio Eisner.