Planeta Cómic amplía su ya extenso catálogo dedicado a la figura de Neil Gaiman con Historias probables, una pequeña colección de relatos cortos del escritor británico que ha sido adaptada al medio gráfico por Mark Buckingham, uno de los artífices de Fábulas. Estas «historias probables» aparecidas en antologías como Humo y espejos ya contaban, además, con una adaptación al audiovisual en formato de miniserie de cuatro capítulos emitida en 2016 emitida por Sky Arts en Reino Unido y por Movistar+ en España, con lo que es una estupenda oportunidad para redescubrirlas en otro soporte y con otra voz.
«Volví a mi piso y esperé a que me lloviesen las ofertas de trabajo«
Historias corrientes trata los sobrenatural desde la más absoluta cotidianeidad. El libro nos presenta un club privado de la mano de uno de sus parroquianos (al que nunca vemos la cara, conocemos el club desde su punto de vista), que emulando al clásico guardián de la cripta nos presenta los diferentes relatos que se dan cita en el volumen. Todos ellos tienen en común el estar asentados en una aparente realidad pero presentan pequeños elementos que distorsionan dicha realidad. Unos elementos que no necesariamente llevan los relatos hacia el terror, pero sí que tienen un carácter extraordinario bastante siniestro, llevando a los desdichados protagonistas a sumirse en angustias u obsesiones.
Y ahí se esconde la clave de las narraciones de Buckingham y Gaiman: la capacidad que tienen para que sintamos la misma intranquilidad de los protagonistas ante situaciones que escapan a su control y que son incapaces de explicarse sin pensar que están locos. Los personajes son conscientes de lo inusual de sus desventuras, pero no por ello son menos probables.
En conjunto, nos enfrentamos a un cuarteto de historias de llamativos planteamientos, pero que en ningún momento llegan a causar gran impresión. No estamos ante el mejor Gaiman, ni ante el peor, es simplemente uno que resulta anodino. Historias probables encaja a la perfección en esquemas como los de Historias para no dormir o Historias de la cripta, pero en su deseo de resultar pretendidamente ambiguo y vago en su narración (emulando el sentir de las leyendas urbanas y relatos orales) toma un cariz demasiado anecdótico.
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