Terrores Nocturnos

Terrores Nocturnos: Bat-mentiras que salen bien

Terrores Nocturnos«¿Cres que me asusta que tomes la forma de mi padre?«

 

A ver, seamos realistas, si ahora os vendo un crossover protagonizado prácticamente en exclusiva por Deadman y el Sandman original (el de la máscara de gas y la gabardina, el personaje de los años cuarenta) lo más probable es que me lo tiréis a la cara. Pero si en la portada os cuelo a Batman (y en las portadas de los avances del Día del Cómic Gratis y del prólogo directamente os casco a la santísima trinidad deceíta), entonces el cómic se vende seguramente un poco mejor. Aunque sólo sea un poco. Pero es que quizás ese poco sea lo único que necesita Terrores Nocturnos, el nuevo cruce de series de la editorial norteamericana que nos trae ECC, para engancharnos lo justo como para que ya no podamos salir de ahí. Joshua Williamson siempre me ha parecido un guionista estupendo (adoro su etapa con Flash), pero además es capaz de variar muchísimo de género (de la luz a la oscuridad, de la comedia al terror) y de jugar con los lectores con inteligencia, lo que le convierte en uno de los pesos pesados de la DC actual.

 

Así, tal y como os comentaba, la presencia de Batman en esta aventura onírica es un mero juego de luces para que las fotos salgan bien de cara a la galería y, ya centrándonos en el argumento de este evento, el vehículo que utiliza Deadman para poder ser visto por los vivos y para poder luchar en igualdad de condiciones contra un nuevo villano que ha puesto en jaque al mundo entero sumiendo a prácticamente todos los seres vivos en un sueño repleto de pesadillas. Llegados a este punto deberíamos olvidarnos un poco de la realidad y del hecho de que, si algo así ocurriera, por muchos héroes que se dedicaran a recoger aviones al vuelo, nunca habría suficientes como para evitar una cascada de muertes que se llevaría a millones de personas en accidentes aéreos, de tráfico, en obras e, incluso, en centrales nucleares. Si aceptamos que la humanidad se ha ido a dormir pacíficamente y sin riesgo para nadie, nos encontramos con un tebeo que propone cosas interesantes.

 

«Es el espacio que vemos por el rabillo del ojo«

 

La primera es que Insomnia es un pirado, sí, pero su locura tiene una base firme (su familia falleció durante una refriega de la Liga de la Justicia contra un villano y cada vez que duerme revive sus muertes) y utiliza su poder (obtenido del reciente evento de Planeta Lázaro) para tratar de convencer a la humanidad de que los llamados héroes no son tales y que deberíamos temerles a ellos tanto como hacemos con los supervillanos. Al menos es así al principio, que ya sabemos que los malosos tienden a radicalizar sus planes en el mundo de los cómics en cuanto estos comienzan a torcérseles. Tanto el pasado como las motivaciones de este personaje las vamos descubriendo poco a poco, pero son lo bastante obvias como para que esto no pueda tildarse de spoiler. La segunda es que frente a un enemigo así, no cabe poner a Superman o a Batman al frente. Deadman, sin embargo, es un personaje con el suficiente carisma como para aguantar el peso de la trama él solo y las adiciones de Sandman y Damian Wayne no hacen sino mejorar la apuesta.

 

Terrores Nocturnos

Terrores Nocturnos

 

Pero quizás lo más interesante sea el panorama que nos deja este evento tras su paso, con la confianza en los héroes socavada de una forma mucho más profunda de lo que una serie de noticias falsas y sucesos forzados podrían podido lograr (nadie ha mencionado ni a los mutantes ni a Orchis aquí) y con las hienas de siempre sacando una tajada importante de las cosas que han salido a la luz a lo largo de esta historia. Dicho esto, me quedo con las ganas de leer alguno de los tie-ins de esta serie (Daniel Lobato os contará más sobre ellos), que a buen seguro van a ahondar en las pesadillas que aterran tanto a los héroes como a los villanos de la editorial estadounidense.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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