David Koepp

David Koepp: «Joseph Gordon-Levitt es uno de nuestros mejores actores jóvenes»

Con motivo del estreno en DVD y Blu-Ray de Sin Frenos, y al igual que hicimos con sus protagonistas, Joseph Gordon-Levitt y Dania Ramirez, os ofrecemos una entrevista con el director David Koepp, en la que nos habla del proceso de filmación de la película.

 

Pregunta: ¿Es más fácil que el filme acabe siendo como tu imaginaste cuando diriges tu propio guión?
Respuesta:
Una de las cosas más bonitas de dirigir, lo que consigo ocasionalmente, en oposición a simplemente escribir –me encantan ambos trabajos, pero de maneras distintas– es que (la película) tiende a resultar más como lo habías imaginado en tu cabeza, sea para mejor o para peor. Hay muchos directores en el mundo que tienen un don y algunos de ellos hacen un trabajo mucho mejor del que yo haría con el material que escribo. Lo que sé es que resulta diferente. Es genial ver todo el proceso desde dentro. Creo que el desafío para cualquier director es conseguir que un alto porcentaje de lo que ve en su cabeza se traspase a la pantalla. El grado de éxito puede estar directamente medido por el porcentaje de lo que pasa de tu cabeza –las preciosas imágenes de tu cabeza– a la catástrofe de la pantalla, que es la manera en que te sientes una vez que está pasando. Si siento que he conseguido un tercio de lo que está en mi cabeza, es un buen día.

 

P: ¿Cómo fue rodar en Nueva York?
R:
Vivo en Nueva York, así que la adoro y la odio. Es una relación íntima. A menudo comparo NY con trabajar con un actor difícil; brillante pero complicado de llevar. Te quejas mucho pero al final estás encantado con lo que ves. El problema que tuvimos fue que NY no se puede controlar, no importa cuanta cooperación tengas por parte de la policía o cualquiera que sea la que estructura de poder, es un gran y complicado organismo que no puedes discutir. Fue realmente difícil. Ha sido el filme más complicado en el que he trabajado jamás.

 

P: ¿Usaste efectos generados por ordenador para las escenas de bici más peligrosas?
R:
No. Hubo gente en situaciones muy peligrosas.

 

P: ¿Incluido Joseph Gordon Levitt?
R
: Sí. Mandamos a todos al hospital. La idea de montar a actores en bicis y soltarles en el tráfico real a 50 k/h no es muy buena desde el punto de vista de la seguridad. Desde un punto de vista cinematográfico, creo que genial y es muy excitante. Espero que estés de acuerdo. Pero todo el mundo salió herido porque hay muchas variables en juego. Los actores son jóvenes y atléticos y estaban interesados en hacer su interpretación creíble así que quisieron montar las bicis hasta donde les fue humanamente posible. Creé una especia de regla arbitraria por la cual no habría más del 5% de CG. Obviamente, hay varios choques de coches y camiones en los que no podía interpretar una persona. Pero la mitad del tiempo cuando un coche o un camión chocan contra el personaje, es un especialista acolchado hasta arriba y dice “bien, golpéame con el taxi”, lo cual es algo que no entiendo muy bien pero de lo que estoy muy agradecido.

 

David Koepp

 

P: ¿Cómo fue trabajar con Joseph y por qué le elegiste?
R:
Es uno de nuestros mejores actores jóvenes. Le he visto en papeles pequeños. Creo que fue en 500 días juntos, cuando lo encontré increíblemente ganador. Pero sabía que también tenía una parte atlética. Está alerta y vivo. Son los ojos de los actores y también los de la gente que monta sus bicis en ciudades con mucha densidad de población. Los ojos es lo que te mantiene vivo.

 

P: ¿Puedes contarnos un poco sobre el entrenamiento que hizo Joseph?
R:
Entrenó algunos meses. Empezó entrenando en California, donde vive, para coger forma. Le pusimos un entrenador para la bici que le llevó a largas colinas porque una cosa es estar en forma y otra cosa es estar en forma para la bici. Estar en forma para la bici es engañoso porque tuvo días muy largos en los que rodó escenas de diálogo y debía montar mientras hacía el diálogo porque va hablando por el móvil. Y monta durante largos períodos de tiempo. Entonces, tiene que volver a empezar y hacerlo otra vez, todo el día. Hubo una escena en la que intenta coger a su rival “Manny” en la colina en Central Park y fue matador porque es una colina inmensa y tuvo que hacerlo una y otra vez. Podría haberle hecho hacerlo un par de veces más, solo por diversión. Así que primero entrenó con Nate Loyal, un ciclista muy famoso en California. Cuando vino a NY, pusimos énfasis en aprender a montar entre el tráfico. Tuvimos varios entrenadores pero el principal fue Dave Jordan que es realmente bueno en ciclismo defensivo: le enseñó cómo montar entre el tráfico y cómo leer el tráfico. En realidad, el peligro no viene a ti. Viene de la parte que dejas atrás ya que vas a cambiar de dirección. Le enseñó a leer los espejos retrovisores laterales y los reflejos de las ventanas y a estar alerta de lo que te rodea. En una batalla entre una bici y un coche, siempre gana el coche. El truco es no ir más lento que los coches y no ir realmente mucho más rápido que ellos. Los problemas ocurren cuando las cosas que se mueven a distinta velocidad colisionan. Un peatón y un coche es obviamente terrible. El peatón realmente no se está moviendo; el coche se mueve más rápido. Si te mantienes a la misma velocidad que los coches, el daño se minimiza cuando te atropellan, porque lo harán. A todos les atropellan. La cuestión es cómo manejarlo cuando pasa.

 

P: ¿Cómo surgieron las localizaciones en la fase de guión?
R:
Escribí el guión con John Kamps y esa fue una de las primeras cosas que hicimos. La idea original era hacer una película con un mapa. Así es como lo sigo viendo en mi cabeza, un mapa donde se muestra que este tipo tiene que ir de aquí a allí. Hasta ahora, está aquí y aquí es donde tiene que ir. Por alguna razón, las ideas vienen de lugares extraños y de ahí es de donde vino. Si vives en NY, (los mensajeros en bici) están cerca de atropellarte todo el tiempo así que constantemente piensas en ellos como unos gilipollas pero una vez que llegas a conocerlos, son gente muy amable. Así que elegimos de Columbia a Chinatown porque ir de noroeste a sureste tenía sentido en un mapa. Entonces salimos y condujimos y anduvimos esa ruta. Anotamos todos los posibles obstáculos que presenciamos y las localizaciones que nos parecieron interesantes. Fue uno de los lujos de poder rodar donde vives: ser capaz de salir y ojear antes de escribir. Generalmente buscas localización después de haber escrito el guión y todo está hecho en tu cabeza. Pero como en esta queríamos tener un grado mayor de realismo geográfico, tuvimos que buscar localización antes de escribir. Luego únicamente escribimos “el parking que sigue todo el camino” o “puesto de perritos”. Todas las cosas que vimos. Así lo hicimos.

 

P: ¿Fue difícil poder rodar en todas esas localizaciones?
R:
Brutalmente difícil. No hicimos amigos en NY, tuvimos que cortar el tráfico, y, ya sabes, los neoyorkinos, como la mayoría de ciudadanos, quieren que salgas de allí de una puta vez. Siempre estábamos en medio y fue el verano más caluroso de la historia de NY. Claro que lo fue. Estábamos intentando hacer cosas como cortar el tráfico de Broadway en ambas direcciones durante 4 horas. Con eso no haces amigos. Rodamos de miércoles a domingo porque los fines de semana en verano son muy lentos y mucha gente deja la ciudad en julio y agosto. Funcionó bien pero era una pelea constante. Un día un residente local no tenía permitido cruzar la calle justo cuando él quería porque estábamos rodando así que dio un cabezazo a uno de nuestros PA: un chico de 24 años que casi no gana dinero haciendo un trabajo poco grato y el tipo le rompe la nariz. Queríamos que los polis le arrestaran porque en una sociedad civilizada no puedes romperle la nariz a alguien porque no te dejen cruzar la calle. Los polis no quisieron saber nada y el “New York Post”, que no es un gran modelo de periodismo, lanzó una editorial del lado de aquel tipo. Dijeron, “bien, ya era hora de que alguien hiciese algo. Estos rodajes son muy molestos.” ¿Qué hubiera pasado si le hubiera disparado? ¿Dirías, “ese chico tuvo lo que se merecía”? Así que fue muy difícil. Con suerte, la película parecerá una diversión sin esfuerzo pero no lo fue.

 

P: ¿Cómo investigaste el submundo de Chinatown?
R:
Había oído mucho sobre ello porque mi mujer es periodista. Cubre Chinatown y después llega a casa y me cuenta historias sobre los juegos mahjong; grandes apuestas sobre ese juego. Ha estado de ronda con algunos policías que han tenido que disolver a algún violento. Me interesó las historias que me contaba sobre Chinatown y sus apuestas, una vida muy vibrante. Allí en Chinatown, tienen mucho apego por su juego. Eso, para mí, es realmente interesante. No es una observación nueva, pero NY tiene bolsas y subculturas que parecen atractivas.

 

David Koepp

 

P: ¿Trabajaste con mensajeros ciclistas reales y sus bicis para crear la película?
R:
No mucho en cuanto a crear la ruta, pero sí para conseguir los detalles correctos sobre cómo visten, actúan o hablan. Queríamos que todas las bicis estuviesen bien. No queríamos fastidiar ninguna de las bicis. Cada bici que ves en la película, cada truco que se ha hecho en cualquier bici está hecho en esa clase de bici. No queríamos engañar con ninguna otra. Es una de las razones por las que, en el almacén, teníamos las bicis con cadenas, porque perdió la suya y había ciertas acrobacias que queríamos que él hiciera pero no quedase ridículo. No queríamos engañar así que le dimos una bici con la que pudiera hacer los trucos. Los mensajeros fueron geniales. Siempre había varios en el set de rodaje porque muchas veces aparecían como extras. Dos de ellos actúan en la película. Son “Marco” y “Polo”, no son grandes papeles pero queríamos ese realismo. Tuvimos algunos problemas con la utilería así que le preguntamos a un mensajero, “¿cómo llevas la mochila?” Dijo, “primero le das la vuelta. Luego tiras. Entonces aprietas. Das la vuelta, aprietas la correa, tiras, sacas el sobre, lo dejas, y aflojas la parte de atrás”. Así que practicas esto 5 veces y ya parece creíble.

 

P: ¿Cuántas de las bicis eran sin frenos?
R:
Diría que un tercio no usan frenos, porque básicamente quieren ir más rápido. Los frenos hacen que la bici pese más, porque hay equipamiento. Los entusiastas de las bicis de piñón fijo sin frenos te dirán que los frenos son más peligrosos. La mayoría de las cosas ocurren cuando se usa el freno. Lo que deberías regular es un control más fino de la bici con tu propio cuerpo. Como se ve en la película, pueden derrapar cuesta abajo, pueden virar, pueden ir aquí y allá. La verdad es que si de repente necesitas frenar, no es un movimiento natural así que ocurrirán un par de cosas: Newton conspirará contra ti y acabarás con la cabeza en el suelo y el culo en el aire o, como estás parando de repente y no de manera natural, quien sea que esté detrás tuya te atropellará. Realmente, quieres ser capaz de virar para salir o para bajar la velocidad tu mismo lo cual está más acorde con la física.

 

P: Cuando trabajas en un filme de alto presupuesto, ¿escribes el guión y ya está o vas al set?
R:
Me involucro tanto como siento que puedo seguir ayudando y estamos de acuerdo. A veces quieren hacer un material que tu sientes “no lo haría”. El problema es, si intento hacerlo, no lo haré bien, así que probablemente debería irme y dejarte conseguir a otro que lo haga. Solían sentirse defraudados por eso cuando era más joven. Pero es una máquina gigante. Es pelear para ganar. Me gusta estar a lo largo de todo el proceso y tres cuartas partes del tiempo lo hago. No me gusta ir al rodaje de una película que dirige otra persona porque es un poco un pérdida de tiempo. Es muy, muy anodino. No hay nada que el escritor pueda hacer pero a veces la gente ve al escritor y piensa “ah, reescribe”. Así que tiende a llevar a una innecesaria reescritura y, en mi opinión, es una jugarreta. Me siento por ahí y como. No hay nada que hacer así que no me gusta ir. Si hay un problema, iré un día o dos y luego me voy a casa.

 

P: ¿Cómo es tu proceso de escritura?
R:
Tengo cuatro hijos. Solía escribir por la noche cuando era más joven pero ahora voy a una oficina, escribo durante el día, y luego me voy a casa. La oficina es tranquila.

 

P: ¿La oficina ayuda a forzarte a escribir?
R:
No. Es un esfuerzo. Siempre es un esfuerzo. Amo escribir. Lo amo desde que la rueda empezó a girar. Como sabes, cuando está en blanco, es un rollo y tienes que forzarte a ti mismo a ponerte en marcha y tienes que encontrar la manera de lidiar con Internet, que es lo peor que le ha podido pasa al proceso de escritura personal de alguien. Hay una aplicación llamada “Freedom (libertad)”. Puedes meter cierta cantidad de tiempo y desactivará Internet. Lo siento, me he ido del tema. Pero si pones 90 minutos, lo apaga y de repente no puedes entrar en Internet, así que mejor escribir. Así que, uso eso.

 

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