Con Las escalofriantes aventuras de Sabrina aún frescas en nuestra memoria (cuatro exitosas temporadas en Netflix y una adaptación al cómic en publicación), Norma Editorial ha querido exprimir un poco más el carisma de Sabrina Spellman trayendo al mercado patrio el primer volumen de Sabrina: La bruja adolescente, una novísima versión de las aventuras del personaje de Archie Comics.
«Te gustan las historias de terror, ¿eh?»
Esta nueva encarnación de la heroina -perfecta para nuevos lectores que se adentren por primera vez en Greendale y quiera conocer a sus pintorescos protagonistas- cuenta con una autora de excepción como directora de la función. Kelly Thompson, quien no para de darnos alegrías en el campo de los superhéroes, es la encargada de dar vida a esta versión de Sabrina más luminosa que la popularizada por Roberto Aguirre-Sacasa a través de su colaboración con Netflix, pero no por ello menos terrorífica.
«Sí, bueno, como gato, es fácil mentir. Nos sale muy natural»
Si conocéis la obra reciente de Thompson, la propuesta que hace en Sabrina: La bruja adolescente guarda cierta relación la marvelita Vengadores Costa Oeste, en el sentido de combinar la aventura de tintes fantásticos con un ritmo muy dinámico que tiene en la comedia su mejor arma, todo ello aderezado con la rica mitología brujeril y el obligado drama adolescente: amores, apariencias, amistades y rivalidades escolares… Este es el aspecto principal de la obra, el cuidado con el que trabaja los personajes, haciéndolos interesantes más allá de sus aventuras. Y es que Sabrina no puede relajarse ni un poco en ninguno de los dos mundos que conforman su emocionante vida, el mortal y el de la hechicería.
Aún terminando con una suerte de cliffhanger, este primer volumen presenta una historia completa, con lo que es ideal para una primera aproximación y despejar dudas. Pero a ojos de quien escribe la confianza en Kelly Thompson es total. Acabaréis el tomo deseando devorar todo lo que venga después. Pero Thompson no está sola, el trabajo de Veronica y Andy Fish en el apartado visual es formidable. Aunque la composición de las páginas no brille por su valentía, la imaginería mágica les da alas a la hora de jugar con formas y colores a la hora de materializar los diferentes hechizos de la bruja, así como en la confección de algunas de las criaturas que hacen su aparición. Sabiendo diferenciar también entre los dos mundos de Sabrina, respetando la relativa independencia entre ambos.
Este primer volumen se complementa con una escueta galería de diseños de personajes y de una selección de portadas alternativas de la edición original anglosajona.
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