Este es el motivo por el que Panini Cómics decidió publicar el one-shot Los pecados de Norman Osborn de forma independiente; porque El Asombroso Spiderman #25 coincidía con la celebración del número #850 de la edición anglosajona. Tal acontecimiento, como no podía ser de otra forma, sirve para que Marvel nos regale un abultado número y para que Panini recupere -al menos por esta vez- la encuadernación en tomitos de toda la vida del personaje.

«Tú y yo Peter… estábamos destinados a esto«

¿Y quién es el invitado a esta celebración? Norman «Duende Verde» Osborn. El cliffhanger con el que despedimos El Asombroso Spiderman #24 no podía ser más explícito y aquí asistimos a su regreso por todo lo alto. Queda la duda de cómo afecta esto a su asociación con el simbionte matanza, más aún cuando en el futuro próximo se avecinan situaciones convulsas para Veneno y su estirpe. ¿Pasará como otras tantas veces que no se volverá a hablar del tema hasta que nos olvidemos, como si nunvca hubiera ocurrido? ¿O Nick Spencer se atreverá a arreglar el desaguisado que parece estar a punto de cometer con la coherencia del personaje? Solo el tiempo nos lo dirá.

En lo que respecta a este número especial, la trama se divide en tres actos, cada cuál más espectacular que el anterior, con Osborn y Parker enfrentándose a unas circunstancias imposibles en cualquier otro contexto. El guionista tiene clara la peculiar naturaleza de este #850 y no decepciona. La máxima que persique este tomito es la de sorprender y ofrecer una aventura llena de acción, que recoloque a Osborn como amenaza real para la familia arácnida. Y eso lo cumple.

Por el camino, eso sí, desdibuja del todo al Comepecados, del que ya no quedan claras ni sus motivaciones, ni sus intenciones. Spencer no deja dudas de que el personaje le importa lo justo, es una descaradísima herramienta que prepara el terreno a Pariente. ¿Tanto cacareo valdrá la pena? Lo descubriremos muy pronto.

Y completando la celebración, este Asobroso Spiderman #25 incluye tres breves relatos que no pasan de la categoría de curiosidad, sin más.Un complemento para los más completistas.