«¿Por qué los idiotas confían en sus dioses, por muchas veces que les decepcionen?«
Pues nada. Ya está. Se ha acabado de la Era de Khonshu y… ha dado exactamente igual. Analicemos el mundo antes de que a Marc Spector se le subieran las pastis a la cabeza: los Vengadores vivían en su montaña horadada en el cuerpo sin vida de un Celestial, Namor les odiaba fuerte, Drácula acumulaba fuerzas en Chernóbil, los Estados Unidos daban uso a su propio supergrupo con el Escuadrón Supremo de América de Phil Coulson y Rusia hacía lo propio con un grupo de héroes nacionales que no eran precisamente los más mejores amigos de los Héroes más Poderosos de la Tierra.
La situación, tras toda esta fiesta con las lunas, la temática egipcia y las idas y venidas de la fuerza Fénix, es EXACTAMENTE la misma. Si acaso, ha cambiado el hecho de que el pájaro de fuego que tanto ha dado por saco en la Casa de las Ideas vuelve una vez más a hacer de las suyas y añade un punto más de presión sobre unos Vengadores que dan la impresión de no estar controlando para nada ninguna de las situaciones que se les han ido presentando. Qué bien, ¿no?
«¿Y si destruyera ese parásito deforme que es la civilización humana?«
No, en serio, ¿para qué narices ha servido la Era de Khonshu? Mefisto no está derrotado, ni debilitado tan siquiera, y como mucho, podría decirse que (si tienen dos dedos de frente) los Vengadores sabrán que es él a quien tienen que enfrentarse tarde o temprano. Y ninguno de los personajes de esta colección experimenta una evolución significativa en las casi cinco grapas que ha ocupado el evento. Vale, a la vez se estaba publicando Imperio y Marvel no debía querer que dos sagas importantes se publicaran a la vez con prácticamente los mismos protagonistas, pero aún así… No lo entiendo. Este ha sido un arco argumental intrascendente, pero tan pretendidamente épico que me cuesta aceptar que realmente no haya pasado nada de nada en los cinco meses que se ha estado publicando en España. Es una locura y un error garrafal si lo que pensaba la Casa de las Ideas era en aguantar un poco la trama para llegar luego a reenganchar a los lectores.
Nos dicen ahora que a partir del mes que viene sí, comienza lo bueno y vamos a ver y leer cosas verdaderamente importantes en esta colección. Ojalá sea así, lo digo en serio, pero mi nivel de esperanza se encuentra ahora a un nivel tan bajo que casi me espero más que cierta presidenta con aires de psicópata haga algo razonable y desinteresado a que Jason Aaron logre alzar a Los Vengadores del pozo de brea en el que los ha dejado caer. Vaya pena más grande teniendo en cuenta la ilusión que me hizo que el guionista de Thor y de Lobezno y la Patrulla-X recalara en una cabecera de estas características.
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