«Estáis a salvo. Eso es lo que importa«

Skyward se precipita (nunca mejor dicho en una serie sobre la ausencia de gravedad) hacia su final en el tercer tomo de la colección que publica Norma Editorial en España. La serie de Lee Garbett y Joe Henderson nos deja con un mundo la mar de interesante, con sus propias reglas y sus propios peligros, con algunas reflexiones en torno a la economía colaborativa, la ecología y hasta la superpoblación y con un cierre para su trama que se me antoja quizás demasiado acelerado, sabedor (quizás) de que no podía extenderse más allá de los quince números, pero con demasiadas cosas por contar en tan poco espacio.

Seamos realistas, ya desde el número anterior teníamos algunas dudas acerca de cuánto más de sí podía dar el proyecto de estos dos autores, pero lo cierto es que, una vez que nos ha sido planteado el sendero por el que debía transcurrir la tercera parte de la historia, los pocos capítulos que lo componen nos parecen un tanto insuficientes como para tratar los importantes acontecimientos que en ellos se nos cuentan. Y es que no es poca cosa: en el número anterior dejamos a Willa viajando en soledad hacia Kansas en persecución de Barrow, el ex-socio de su padre reconvertido en magnate sin escrúpulos. En éste nos la encontramos ya aterrizando en la ciudad (con pocos o ningún detalle acerca de su viaje) y realizando en ella dos descubrimientos de esos que le cambian a uno la vida y que, quizás de nuevo, deberían haber sido un poco mejor explicados. No contenta con ello, Willa regresa a Chicago para una ‘feroz’ batalla final que ha de resolverse en las viñetas justas como para que dé algo de tiempo para un epílogo. Todo en cinco agotadores capítulos.

«Hazte a un lado. No me hagas darte de comer a mi mariposa«

Parece como si Garbett y Henderson (recordemos que ambos vienen de escribir para la serie de Netflix Lucifer) se hubieran dado por contentos al presentar el germen de una historia que posteriormente otros quisieran llevar a la pequeña pantalla. ‘Esto es lo que se nos ha ocurrido, a ver qué podéis sacar a partir de ello‘. Este último tomo parece más una declaración de intenciones que el cierre de una historia propiamente dicho, parece un listado de cosas que tendrían que ocurrir en una hipotética tercera temporada de la serie. Y claro, se pierde mucho interés al escribir así. La narración es atropellada en exceso y hay reacciones que parecen forzadas por el mero hecho de que no se nos da tiempo a digerirlas, mientras que otras ni tan siquiera nos llegan a ser apropiadamente explicadas. Skyward #3 le hace un favor muy flaco a la serie en su conjunto, por más que sus guionistas digan que quince debían ser los capítulos totales de la historia desde el principio.

Skyward #3

Con todo, la historia de Skyward me ha acabado gustando. Y la mayor parte de sus personajes. Y, sobre todo y ante todo, el loco universo que se nos propone, que pide ser más explorado y, sobre todo, explicado. Nos queda la esperanza de que algún día alguien (quizá ellos mismos) quiera desarrollar aún más la idea y nos plantee nuevas aventuras para Willa, o para cualquier otro personaje de este futuro distópico (y poco probable) de la humanidad.