«No veo qué tienen que ver tropocientos mil Spideys conmigo«
¿Os sabéis la historia de Howard el Pato? ¿Sí? No importa, os la volveré a contar. Como podéis leer en mi reseña de esa maravilla del cine mierder de los 80 que es Howard… Un Nuevo Héroe, allá por 1973 Steve Gerber creó el personaje de un pato malhablado y cínico para La Casa de las Ideas. La cosa es que este emplumado individuo comenzó a tener cierto éxito hasta ganarse una colección propia en 1976. Pero hete tú aquí que Marvel aún no pertenecía a Disney y la compañía cinematográfica no se tomó demasiado bien que hubiese un tipo por ahí parodiando a su Pato Donald de mala manera y con puros y pistolas. Todo ello acabó en demanda (normal tratándose de Estados Unidos) y el personaje hubo de reciclarse (en un ratón, la mala leche del autor no tenía fin) hasta quedar relegado a un semiolvido del que lo han ido rescatando diversos autores para cameos ocasionales… hasta que James Gunn nos lo coló al final de su película de Guardianes de la Galaxia y la gente comenzó a preguntarse quién demonios era ese tipo.
Howard no es un gran héroe marvelita. No lanza rayos por los ojos, ni vuela ni es capaz de levantar grandes pesos. Es un pato. Y habla. Y al hablar suele analizar con bastante mala baba la situación actual del mundo en general y del universo Marvel en particular. Es un revulsivo que cuestiona las ideas editoriales, pero plantado por los propios editores para aprender a reírse de sí mismos, coger algo de humildad y tratar de seguir mejorando cada día. No sólo eso, por primera vez en años, Marvel vuelve a ponerle al frente de una colección para él solito que escribe Chip Zdarsky (ya le hemos visto por aquí en trabajos colaborativos) y dibuja el de sobra conocido Joe Quinones. El cómic salió a la venta en febrero y, dependiendo de nuestro ánimo, puede hasta que leáis alguna opinión.
«¡Casi nadie muere más de una vez!«
Howard, en el cómic que nos ocupa hoy, derrocha humor y tragedia a partes iguales y ese es uno de sus atractivos. Es un tipo patético (¡oh, vamos, no es tan mal chiste!) en nuestro mundo, pero ya lo era en el suyo, al que, sin embargo, echa terriblemente de menos. Y se enfrenta a su triste realidad con acidez y grandes dotes de observación. Casi entran ganas de verle entrar por la puerta del despacho de Jessica Jones en Alias. La historia que vemos en este Agentes de SHIELD #10 le sirve a Mark Waid para mostrarnos las infinitas posibilidades del personaje antes de que sus nuevos autores lo recojan.
Generalizando un poco sobre esta colección, Waid se está dedicando a presentar en ella a nuevos personajes (Howard, Kamala…) y a explorar facetas desconocidas de otros (Sue Richards al servicio de SHIELD…), pero con ello ha sacrificado una entidad propia para la colección, que cada vez parece más una sucesión infinita de personajes que necesitan una puesta a punto que un elemento independiente dentro del vasto mundo de los cómics marvelitas. Con todo, cómics como este merecen una oportunidad, quién sabe cuántos años pasarán hasta que Howard vuelva a disponer de serie propia.
Deja un comentario: